Uniforme de verano

Que odio el verano creo que a estas alturas es algo de sobra sabido. Niños en casa todo el día, calor que impide pisar la calle hasta la noche y ropa que enseña demasiado y dificulta disimular los defectillos.

El caso es que este año me he propuesto complicarme la vida lo menos posible a la hora de vestir. Tener una especie de “uniforme de verano” y sobre esta base ir añadiendo prendas con las que pueda ir fresca pero cómoda y que me guste lo que vea cuando me mire al espejo.

Mi “uniforme de verano” va a consistir en lo siguiente:

Vestidos. El básico de los básicos en el verano y que, por diferentes circunstancias apenas había renovado en los últimos años. Aquí la clave es encontrar el corte con el que te sientas cómoda. A mí me gustan los vestidos sueltos y los que tienen el corte bajo, de modo que puedo “ablusar” la parte superior y dejar que caiga la parte de la falda. Pero en esto cada una tiene que buscar y para eso, aunque nos disguste, hay que probar. Para mí, cierto largo es imprescindible así que no me puedo arriesgar a comprar y que luego quede demasiado corto. Yo me he comprado tres: uno azul marino, otro de rayas blancas sobre fondo azul y otro verde safari. A esto le añado uno vaquero que tenía del año pasado.

Bermudas. Otro imprescindible en mi día a día. Son más cómodas que las faldas y permiten un largo menor, aunque jamás creo que llegue al short. Tengo varias del año pasado así que este año sólo añadiré este capricho que adquirí en & Other Stories

Blusas. Hay gente que es más de camisetas pero a mí me gustan más los tops y las blusas. Permiten una mayor variedad de formas y me da la sensación de que voy más “vestida”. Los tengo de muchos colores así que posiblemente no necesite comprar ninguno más. Los prefiero lisos, al final siempre termino rechazando los estampados y se quedan en la percha esperando al siguiente año. Imprescindible siempre uno blanco, uno beige y alguno de un color más vivo, como fucsia o azul marino. A este apartado también le añado camisetas básicas negras y blancas, que aunque uso menos, nunca son suficientes en el armario.

Sandalias de diario. He sucumbido y me he comprado las Birkenstock Arizona. Hay gente a la que no le gustan pero yo las he visto ya combinadas con tanta ropa distinta que creo que las voy a sacar mucho partido. Además, no existe zapato más cómodo para el verano y eso para mí es muy importante.

Sandalias de tacón. No puedo llevar sandalias de taconazo maravilloso en verano. Ojalá pudiera pero todos los zapatos me rozan si los llevo sin calcetines y no puedo ni quiero arriesgarme a terminar con el pie lleno de heridas por el capricho de unas sandalias que no volveré a ponerme. Así que por fin este año voy a ser consecuente y voy a hacer la inversión de comprarme unas Swedish Hasbeens. Llevo siglos enamorada de ellas y este va a ser mi verano. He oído hablar maravillas de su comodidad y estéticamente creo que van mucho conmigo. Espero que sea una buena compra.

En cuanto a bolsos, todavía no lo tengo muy claro aunque de momento estoy usando un bolso bandolera de cuero. Que va a ser bandolera lo tengo bastante claro, aunque también tengo carteras que usaré si salgo de terrazas o por la noche.

Para el tema collares, pulseras y demás joyerío en estos casos, más es más así que serán el contraste a mi uniforme de verano sosuno.

Así pues, estoy preparada para que llegue el calor. Bueno, al menos mi armario sí lo está.

Fotos: zara, swedish hasbeens, amazon, & Other Stories.

La entrada Uniforme de verano aparece primero en La Ratita Presumida.

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