Anochece en Berlín...

Elegir el momento de la visita es casi tan importante como elegir el lugar...

Y es que a otra hora hubiese sido algo tan distinto, que hubiese sido otro sitio...

Nos gusta la historia y la arquitectura, así que la visita a la cúpula del parlamento alemán era una visita obligada.

Hay que reservar por Internet y la única hora libre que quedaba resultó la mejor.

No sé la cantidad de fotos que pude hacer, si digo cien seguro que me quedo corta, pero la luz, el sitio, los espejos, el entorno era todo taaaaaaaaan perfecto que necesitaba que aquel momento durase para siempre...

Y ahí, precisamente ahí, reside lo mágico de la fotografía... en el para siempre...

Unos cascos que empezaban a funcionar solitos a medida que ascendíamos la rampa y unas vistas de excepción, hicieron las delicias de nuestros hijos...

A mi me enamoró la luz, a Fran su historia y su capacidad para reinventarse y volver a vivir.

Una obra espectácular, Sir Foster, ha sido un placer, maestro...

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