Lucia

Chalk paint, un mundo de posibilidades

Chalk paint, otra cosa más con la que obsesionarme y que me encanta.

Desde luego, la ignorancia es muy atrevida. Hasta que el club del tupper decidió reunirse en Barcelona y hacer un taller, la menda creía que el chalk paint servía básicamente para pintar muebles sin pasar antes una lija o decapar o lo que fuese.

Pero oh! sorpresa, Neus de Crea, Decora y Recicla, nos invita a un taller y yo flipo, pero mucho, con la cantidad de posibilidades que tiene esta pintura.

Si de verdad os gustan las manualidades, o simplemente le queréis dar una vuelta a algunos muebles de la casa, os recomiendo que hagáis un taller, con Neus ha de ser en Barcelona, pero hay muchos sitios en los que tienen talleres, Holamamá en Madrid o Maow en Coruña, que yo conozca.

Este tipo de pintura hecha a base de tiza es muy densa, cubriente y lo que os dije antes, no tienes que lijar antes de aplicarla así que ahorras mucho tiempo. Además seca muy rápido y no tiene agentes tóxicos. Así, puedes pintar en el salón de casa o en la cocina y en un plis, plas se te seca.

Además Neus está ampliando la paleta de colores y ya no sólo tenemos tonos pastel sino que poco a poco los colores fuertes se han hecho un hueco. El azul marino, el melocotón, el rojo frambuesa, colores vivos que pueden darle un toque a ese mueble que ya no te gusta nada de nada.

A mi el azul marino me robó el corazón.

En los talleres te dan una tabla, que serán tus apuntes, dónde se pinta cada tercio con una técnica diferente. Porque si, el chalk paint tiene multitud de posibilidades.

El primer tercio de nuestro apuntes simplemente lo pintamos y luego le aplicamos la cera. La cera es como “el barniz” sirve para proteger la pintura y la hay también en diferentes colores así que imaginaros la cantidad de posibilidades que hay entre colores y ceras.

En el segundo tercio hicimos que la tabla pareciese envejecida, para ello combinamos dos colores.

Una mano del primer color, esperar a que se secase luego aplicamos cera (de esas de Ikea baratas y pequeñas), pintamos por encima de otro color y una vez que estuvo bien seco, lijamos para quitar la cera y darle ese aspecto envejecido con las vetas.

En el último tercio hicimos la técnica del pincel seco, que como su propio nombre indica es aplicar con un pincel casi sin pintura unas pinceladas encima de la madera ya pintada previamente con otro color. (creo que no me expliqué muy bien…)

vamos otra vez:

Pintamos con un color, se seca bien y luego con un pincel lo mojamos poquísimo en otro color y vamos dando brochazos. El efecto también es como envejecido.

Podéis ver estos árboles que nos regaló Paula de holamamá para decorar nuestras casas.

Lo que siempre me sorprende de estos talleres es que puedes ver como pinta la gente y darte cuenta de las distintas personalidades de un mismo grupo: la que siempre pinta en tonos pastel, la que se va a los colores chillones, la que prefiese un solo tono… muy curioso.

Sin duda la alumna más aventajada fue Rebeca y es que la que sabe, sabe.

¿y cual es la conclusión que saco de todo esto? pues básicamente que ya estoy enganchada a una nueva historia porque me ha encantado el taller. Ahora tengo que hacer el avanzado para ver qué más se puede hacer, porque como os digo las posibilidades son alucinantes…

Gracias Neus por el magnífico taller y gracias Paula por organizarlo todo tan bien.

y yo que me había quedado simplemente pintando la cama de los niños

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