Ahora que sería el momento de ajustarme el cinturón en el último agujero, va y voy más suelta que nunca. Creo que el truco es ceñirse a las piernas, justo ahora que la vanguardia despega el pantalón , yo marco rodilla, gemelo y lo que haga falta.
Ahora, justo ahora, que todo se viene encima en forma de tormenta dolorosa, pérdida o despiste emocional y ese cielo gris que no llega a concretarse, busca que te busca soluciones antes de rendirme a pasar frío con estilo quitándome las medias.
No hay red eléctrica que aguante tanta tensión, por eso lo mejor es poner los pies en la tierra; capear el temporal, permitir que el
oversize caiga sobre mis hombros sin dejar de pensar que soy una contradicción andante. Mi inconsciente vive en un polígono y yo en el centro me hago la loca. Voy a tener que hacerle una visita rápida o, sino, abrirle la puerta y que se pruebe mis
oversize de invierno.
Qué extraño todo, pero qué cómodo.