500 gramos de encaje y dos gotas de cuero. Mezclar bien hasta alcanzar el punto justo. Sumarle una pizca de accesorios (a elección) y dejar reposar.
¿El resultado? La perfecta combinación de texturas; mi dupla preferida de todos los tiempos; mi posible uniforme de la vida. De aires sesentosos, en encaje de algodón, mangas semi acampanadas y con el largo justo, este vestido promete no cansarme jamás. Nunca soportaría usarlo con chatas, ballerinas, ni nada muy femenino; para hacerlo brillar, necesito darle intensidad y un poco de rigor. Por eso elijo estas botas, bien toscas y feas (en comparación) que se balancean de manera gloriosa con el protagonista del presente look. Y el resto es puro juego: las gafas de un amigo, un amado relicario que lleva mi inicial y cartera vintage.
¿Qué me dicen del look de hoy? ¿Les gusta? ¡Que tengan buen fin de semana!
Natu
VESTIDO: H&M / BOTAS GAFAS: eBAY / CARTERA RELICARIO: VINTAGE