Bifurcación emocional: Entrevista a mí misma
Veo que te sientes sola
No, sola no, tal vez “extrañamente acompañada”
¿Por?
El aire, tal vez. Todo lo que emana mi cabeza se condensa en el aire que respiro en mi casa, rodeada de libros que he leído, que tengo por leer o que nunca leeré. ¿Qué mirar y cómo teniendo una ventana al mundo tal y como la plantea internet?
¿No crees que a tu edad lo más normal sea rodearte de gente, codearte con aquellos que necesitas para construir tus sueños o aquellos que te apoyan desde fuera para poner el amor a cada tocho?
Me considero tiquismiquis, maniática rozando a maníaca, neurótica, un pelín “especialilla” no considero que alguien me aporta algo ni yo, en consecuencia, le aporto la otra mitad. Las simbiosis aparecen, la naturaleza es así. Forzar me parece innecesario. ¿Cómo voy a saber construir mis sueños si solo tengo pinceladas en un lienzo enorme que quiero acabar de cubrir antes de ponerme a trabajar realmente en ello? Mi verdadera compañía es audiovisual y se compone de letras e imágenes. Nada del otro mundo. Soy demasiado innecesaria como para codearme con los mayúsculos. Pero sí que cuento con mis ayudantes del tocho.
¿Pinceladas?
Todo evoluciona y cambia, me empezó interesando X y ahora recorriendo el camino de Y me empieza a interesar Z. Habiendo pasado por los umbrales de puntillas no puedo considerar mis intereses de manera sólida por lo que mis sueños son un lienzo apenas salpicado por unas pocas ideas formadas por puntos de vistas ajenos.
O sea, que no tienes nada claro.
Lo tengo, escribo desde siempre, leo desde siempre, empecé a hacer exposiciones y eventos, me he metido en mil saraos, pero soy inconstante, soy impulsiva, soy insegura. No puedo saber que quiero si no ordeno lo que pretendo haber querido con proyectos que cargo a la espalda, algunos de ellos inacabados.
¿Cómo ves el asunto de centrarte?
Inés Troytiño, 23 años, sin contrato fijo y bajo la etiqueta “Dame trabajo, por favor”. Piso, gato y pareja. Acabando estudios inacabados tras divagar siete años de mi vida en postergar una adolescencia más bien fallida. No lo veo. No tengo dinero para ponerme a estudiar una carrera, ni tampoco tengo tiempo.
¿Qué estudiarías?
Algo que me aportase extras de lo que ya sé.
¿Y si tuvieses dinero?
No estudiaría, construiría mis proyectos.
¿Qué sabes?
Lo que la gente quiere cuando se dirige a un evento, acto, mandanga.
¿Por qué no lo haces?
Complicado. Uno: No estoy en un momento de trabajar si no me pagan, dado que ya he caído con marcas importantes en esa onda. Dos: Me falta pasta para hacer mis propios proyectos.
¿Y escribir?
Me falta perseverancia, pero me apasiona siempre que colaboro en publicaciones hablando de fotografía o entrevistando a fotógrafos.
¿Qué quieres?
Irme de este país a Nueva York, poder trabajar y estudiar de forma autónoma. Conocer siempre gente nueva, y dejarme de gilipolleces del ser o no ser un ente IN or OUT.
¿Qué no quieres?
Perder jamás lo que considero mi identidad.
¿Qué necesita el mundo del moderneo?
Más poesía y menos Vice.
¿Qué necesita Barcelona?
Más cafés y menos Moritz. La creatividad surge de pequeños mundos que hay que cultivar.
¿Qué necesitas tú?
Callarme muchas veces, cortarme otras tantas y seguir en tolerancia cero con el retroceso de una ciudad espectacular empeñado a transfigurar su identidad con tal de ser París, Berlín, Londres, Oslo o Nueva York. Tenemos lo que necesitamos, el mismo discurso de Veritas y el KM0 deberíamos aplicarlo en el arte local mediante un estudio internacional.
¿Qué te sobra?
Tirarme siempre pedos más grandes que el culo
