Ya había visto en redes el éxito que estaba teniendo Le Cocó en Madrid cuando surgió la oportunidad de probarlo y la experiencia no me defraudó en absoluto. Hoy os la cuento por aquí…
Un ambiente agradable, relajado y hasta campestre con la despensa a la vista, una mesa de postres, plantas por doquier, sillas de colores, divertidas lámparas y detalles vintage. Y una comida deliciosa y original que destaca también por su sencillez.
Disfruté mucho de la variedad de entrantes, con sabores que me sorprendieron y una excelente materia prima. No os perdáis si vais por allí el pan con mantequilla suave y sabrosa, los bastones de berenjena con miel de flores, las anchoas a la plancha con almendra de ajo, las rabas con mayonesa cítrica o la ensaladilla rusa.
Como plato principal, arriesgado, refrescante y perfecto para este segundo verano que estamos viviendo en la capital, me decanté por el tiradito de pez mantequilla con salteado de ajetes y jenjibre.
Y de postre, la mejor opción es probablemente alguna de las tartas, yo elegí la especialidad, la tarta de la abuela, de galletas y chocolate. ¡Mmmm!