Este fin de semana ha tocado arreglar el rincón del comedor, al lado de la barbacoa. Allí no he puesto césped artificial como en el resto porque no resultaría práctico.
Tenía una alfombra de bambú en el trastero así que dicho y hecho: le he dado una mano de barniz incoloro mate para exterior. Así si cae una tormenta de verano no se estropea.
A los muebles les hacía mucha falta una manita de aceite para madera de teca. El verano pasado no les di y estaban de pena. Ahora parecen otros.
Sólo he tardado un par de horas en total entre barnizar la alfombra y dar aceite a los muebles y el resultado me ha encantado. Un rincón para comer mucho más acogedor gracias a la alfombra.
La verdad es que los muebles estaban pidiendo a gritos una manita de aceite, pobres. Menuda diferencia.