Sólo tenéis que pedir una caja en una frutería y pintarla del color que más os guste.
Yo la quería pintar de turquesa y al abrir la lata me he encontrado con que la pintura estaba bastante reseca. Era muy difícil de extender así que he decidido dejarla efecto envejecido. Al final he quedado muy contenta con el resultado.
Ya tengo una caja preciosa para tener mis retales organizados.