Las corrientes del minimalismo en el vestuario nunca han sido tan experimentales como en el clóset y figura de
Tilda Swinton. La actriz escocesa cuyo primer nombre es en realidad Katherine, no deja a nadie indiferente: además de involucrarse en proyectos cinematográficos variados -que incluyen roles como periodista, vampiro, amas de casa y acaudaladas damas de sociedad-, siempre sorprende con su relación con la moda. Pese a distanciarse de la extravagancia de otras, lleva con una figura y una imagen única los trajes de su amigo, el diseñador colombiano
Haider Ackermann, además de piezas de
Céline,
Jil Sander, Pringle of Scotland y Chanel.
Su estilo andrógino es otra característica que la separa del resto de las actrices. A menudo su figura ha sido retratada al estilo de
David Bowie -quien además es uno de sus mejores amigos-, y su cabello corto platinado, rojizo o castaño también se ha hecho presente a través de sus películas. Pero Swinton no se deja encasillar; puede aparecer como una vanguardista modelo en la campaña
Chanel Edimburgo o como toda una
Annie Hall 2.0 con traje sastre, pañuelo al cuello y lentes de sol.