Hace un par de semanas más o menos estuve descubriendo Celso y Manolo, la nueva propuesta gastronómica de los artífices de La Carmencita, la segunda taberna madrileña más antigua de Madrid.
Celso y Manolo tiene un rollo cañí renovado y está ubicado en el barrio de Chueca. El nombre del local no es casualidad, sino un homenaje a los antiguos dueños, Celso y Manolo, un par de hermanos asturianos que vinieron a Madrid en los años 70 y abrieron el restaurante Argüelles (no por el barrio, sino por el apellido de ambos), en la calle Libertad, 1. Por ello, tras su jubilación decidieron traspasarle el negocio a Carlos Zamora (Grupo Deluz&Cía y propietario de La Carmencita), quien le ha dado un toque único, aunque manteniendo la barra, el suelo de terrazo y dos de los platos insignia del desaparecido Argüelles: la tortilla paisana y la fabada.
(*) Fotos by Pablo Zamora.
A pesar de que se trata de una tasca, Celso y Manolo va más allá y se ha coronado como un lugar imprescindible para tomar el aperitivo acompañado de un buen vermut del Montsant en un espacio con mucho estilo y lleno de elementos de diseño, carteles antiguos y apliques del estudio Apparatus, una barra de mármol multicolor espectacular (¡de los años 50!) y taburetes de madera y cuero. Además, lo que también reivindican es una cocina tradicional pero renovada a partir de una materia prima excelente, mucha de ella procedente de cultivo ecológico.
Uno de esos restaurantes a los que peregrinar con asiduidad. Muy recomendable.
Celso y Manolo
C/ Libertad, 1 (Madrid)
Horario: Todos los días de 13 a 17 y de 19:30 a 2 h.
Precio medio: de 20 a 25 € por persona.