Four days off are just like a dream, so we decided to take a break and make a quick trip to the land of vineyards and wine.

We are so used to the city noise that calm, small towns, wineries and grasslands seem to be like another world (even if they are just about two hours away from our current city). We spent our days off visiting charming villages, drinking wine from the land, eating typical food and having so much fun. Now it’s so hard to come back to the noisy real life!

Cuatro días libres son como un sueño, así que decidimos hacer un viaje a la tierra de los viñedos y el buen vino.

Estamos tan acostumbrados al ritmo de la ciudad que la calma, los pequeños pueblos, las bodegas y las llanuras parecen un otro mundo (aun estando a apenas dos horas de donde residimos). Así que hemos pasados nuestros días libres visitando pueblos con encanto, bebiendo vino de la tierra, disfrutando de comida típica y pasándolo genial. ¡Ahora es muy difícil volver a la ruidosa rutina!.