El pollo asado al limón es un plato tradicional cuyo origen no está nada claro, pero todos lo conocemos, en una modalidad o en otra. No he conseguido averiguar de quién sería la idea de meterle un limón en las entrañas al pobre pollo, pero es todo un acierto. El limón le da un aroma fantástico al asado de pollo. Y ya si le añadimos el ajo y las hierbas tendremos un asado sublime.
Tengo una manía con el pollo asado: lo hago siempre a baja temperatura, me explico, asándolo un tiempo largo a baja temperatura, por debajo de 140º, y posteriormente una media hora por cada lado a temperatura media-alta para que el ave se tueste y acabe de cocinar. El resultado de hacer un bicho a baja temperatura es una carne tiernísima y jugosa, que se desprende del hueso casi con tocarla. Un pollo que se podría comer con las manos, vaya.
Pero no temáis, como sé que siempre hay gente con prisa os cuento también el asado normal y corriente. Sin embargo, os recomiendo que si tenéis tiempo alguna vez probéis a asar un pollo despacito… no hay color. Esta receta está inspirada en una fórmula del magnífico cocinero Martín Berasategui.
Receta de pollo asado al limón
Ingredientes:
- 1 pollo de corral
- 1 limón entero (mejor si es natural, sin tratar con ceras ni insecticidas)
- 1 cabeza de ajos
- 250 g de vino blanco
- 250 g de agua
- Sal y hierbas al gusto
Elaboración:
- Lavamos bien el limón y le damos un corte con un cuchillo; reservamos. Separamos los ajos, pero no hace falta pelarlos.
- Limpiamos el pollo de la grasa que tiene en su parte inferior, lo salamos y metemos el limón en su interior.
El pollo asado al limón, como veis, es un plato fácil al alcance de cualquiera, que no tiene mucho misterio más que una buena materia prima y un asado correcto, sin pasarse para que no se reseque. Así que ya sabéis todo lo que hay que saber para hacer este plato de domingo.