Oda a la Reconciliación
Enfadarte... Mi reto es desesperarte, tampoco es siempre mi fin, pero suele salirme así. Cuando frunces el ceño eres igual que un niño pequeño, quiero abrazarte y consolarte, es todo un arte. Te veo de lejos suspirando, que de tormento te estoy dando. Es un juego sin sentido que podría habernos destruido. Pero pasa el tiempo y puede que sea lo que nos ha unido. Y