Circus day

Purple potato bread




El goteo del grifo no te deja dormir, dicen que si dejas que tu mente se concentre en ese persistente ruido no puedes escapar de él, das vueltas y vueltas y al final o terminas enfadado o te rindes a su sonido. Mientras para despistar a los oídos haces volar la imaginación, esa en la que todo lo que ocurre en ella es mejor que la realidad pues implica la emoción, tener ilusión y ganas de verlo desde otra perspectiva.


Es evidente que si ahora tuviéramos que comer los alimentos que en su momento los barcos llevaban en sus bodegas, sin refrigeración ni protección, con el "peligro" de que si la travesía era muy larga podían "convivir" con seres pequeñitos que se pasean a sus anchas y se alimentan gustosamente de la comida que se deteriora, creo que no lo haríamos. No quiero ni pensar cómo hicieron para la travesía de la que tanto se ha hablado en esta parte del océano durante siglos, sí, el descubrimiento de América. Y tampoco quiero pensar en que estado llegaron los productos que en esta parte del océano desconocíamos, entre ellos la patata. Quizás fuera eso que hizo que en un principio no se usara para la cocina, y dicen las malas lenguas que otra vez fueron los italianos los primeros osados que la consumieron.

A veces nos hace falta sentir un ruido molesto dentro de nosotros para hacer volar la imaginación y verlo todo desde otra perspectiva, y en Circus day que muchas otras veces ya hemos visto el color violeta en su espectáculo también esta vez recurre a él. Pero presentando la patata con un color poco habitual en nuestras cocinas; la patata violeta.


Purple potato bread

Ingredientes:

250 g puré de patata violeta
400 g harina de fuerza
50 g panela
1 huevo ecológico
1 cdta. sal
15 g levadura fresca prensada
160 ml leche
60 g AOVE Señorios de Relleu

*Semillas de sésamo para decorar

Elaboración

Mezclamos todos los ingredientes en el cuenco de una amasadora, y amasamos durante 10 minutos. Dejamos levar, tapado con un trapo, en el mismo cuenco hasta que la masa doble su tamaño.
Untamos un molde rectangular (Pirex de 30x22) con un poco de aceite. Sacamos la masa del cuenco y la golpeamos un poco para desgasificarla. Dividimos la masa en 12 bolas del mismo tamaño, más o menos y las colocamos en el molde, una junto a la otra. Espolvoreamos por encima unas semillas de sésamo y dejamos levar, tapado con un trapo, hasta que doblen su tamaño.
Precalentamos el horno a 180º C. Cuando hayan levado bien horneamos durante 30 minutos. Retiramos el pan del horno y dejamos enfriar sobre una rejilla, pero si te gusta el pan caliente (que no queme) ya puedes empezar a consumirlo.


*Notas: En este caso NO es patata violeta dulce. A mi me sabe a patata, no encontré ningún cambio en cuanto al sabor, y el resultado final del pan sabe a pan de patata, que aunque lleve unos gramos de panela no es dulce, por lo que puede acompañar perfectamente a un plato salado, o tomarlo como bocado con un té.



Y tú conocías la patata violeta?

#felizfindesemana
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