Este verano os enseñé cómo quedó mi terraza con césped artificial en este post.
Pues ahora es mi amiga Liber la que se ha animado a darle este toque a sus balcones y la diferencia es enorme.
Eso sí, su chico, Rober tuvo que echar mano de sus dotes de logístico para aprovechar los pedazos al máximo y que alcanzara para todo.
Es como tener un pequeño oasis en mitad de Malasaña.