Este bizcocho ha marcado para siempre la relación de amor que tengo con la cocina. En realidad no es exactamente este bizcocho vegano, es decir, sin mantequilla, huevos o leche o, lo que es lo mismo, sin ingredientes de origen animal. El bizcocho que forma parte de mi historia culinaria tenía todos esos ingredientes, fue lo primero que empecé a hacer yo solita cuando contaba aun muy pocos años y me ha acompañado durante el resto de la vida. Lo bueno de este bizcocho, sí, sí, este bizcocho vegano, es que aun faltándole gran parte de lo que podrían ser los ingredientes más sabrosos, se parece mucho a aquel que aprendí a hacer cuando era niña y por eso me gusta todavía más.
Las razones por las que cimentarse con un bizcocho vegano pueden ser varias. Uno puede decidirse a probar por razones éticas, por alguna alergia (a huevos o lácteos) o sencillamente porque después de las Navidades el perímetro de la cintura podría haber aumentado, pero las ganas de dulce no nos abandonan jamás. Sea por la razón que sea, este es un bizcocho facilísimo que se hace en 10 minutos (a parte el tiempo de cocción en el horno) y es fantástico para los desayunos y meriendas. A mí me gusta mucho la textura, de esas que invitan a mojarlo en leche, chocolate o un buen té calentito.
La idea de utilizar agua puede parecer un poco extraña… a mí me lo pareció. Nada más lejos de la realidad, ¡es una idea genial! Obviamente sin el huevo el resultado es un bizcocho bastante blanco pero muy bueno de sabor con el zumo de limón y la vainilla. Probar para creer.
Receta de bizcocho vegano
Ingredientes:
- 300 g de harina
- 200 g de azúcar
- 130 ml de aceite de girasol
- 170 ml de agua
- 1 limón bio-orgánico
- 1 cucharadita y media de levadura en polvo
- 1 cucharadita de extracto de vainilla
- Azúcar glas para decorar
- 2 manzanas
- 1 chorrito de ron
Elaboración:
- Empezamos preparando una crema de manzana para acompañar el bizcocho: pelamos y eliminamos el corazón de las manzanas; las cortamos en rodajas finas. En una sartén, ponemos el ron y las manzanas, bajamos el fuego, tapamos y dejamos cocer hasta que las manzanas estén completamente cocidas. De vez en cuando, podemos remover con una cuchara de madera y añadir una cucharada de agua si vemos que están tomando color. Una vez que estén cocidas, las apartamos y deshacemos completamente con la cuchara. Podemos pasar las manzanas también por la batidora para obtener una crema. Dejamos enfriar completamente antes de servir.
Para acompañar este bizcocho vegano yo he preparado un puré de manzana al que he añadido una gotita de grappa u orujo. Si tenéis niños en casa, no tenéis licor o preferís prescindir de él, basta añadir a las manzanas un chorrito de zumo de naranja, ¡verás qué rico! Este bizcocho se conserva perfectamente durante una semana en un recipiente de lata que cierre herméticamente. Sírvelo decorado con azúcar glas.