La boda de Carla y César

César le pidió matrimonio en Nueva York, la ciudad donde estudió y donde tenía claro que se lo pediría a la persona con la que quisiera casarse. Fue en un coche de caballos por Central Park, con champagne y fresas de Godiva, y con la canción de Nessum Dorma de Pavarotti de fondo (que luego fue pieza clave durante la ceremonia religiosa de la boda). Empezaron a preparar la boda, y lo primero fue elegir el lugar de la celebración, se decantaron por el Palacio del Arzobispo de Huérmeces, un palacete perteneciente al grupo Les Belles Maisons, cuando vieron sus jardines, la amplitud,… tuvieron claro que tenía que ser allí. Al ser la mayoría de sus invitados de fuera de Burgos, querían que fuese en la Catedral, en la Capilla de Santa Tecla.

El vestido, fue realizado en el atelier de Navascués, quería un vestido versátil, con la solemnidad que requería la catedral, pero que luego se adecuara al entorno más campestre del palacio, y por supuesto que fuera con su personalidad. Se decidió por una falda brocada con motivos de hojas y con una cola enorme desmontable, que pudiera usar durante la ceremonia pero quitarse en el almuerzo. La parte de arriba era un crepe con mangas desmontables, y el velo con blonda. En el pelo, llevaba también un tocado de porcelana fría en tonos dorados de Carmen María Mayz. Los zapatos fueron realizados a medida por Jorge Larrañaga. El ramo fue realizado por Cultura de Flor. Para la peluquería y maquillaje se puso en manos de Natalia Belda.

El novio, llevaba chaquet a medida de Anglomanía y dos chalecos, uno para la iglesia y el almuerzo, y otro para el baile. Al igual que los testigos, llevaba chistera y un reloj de bolsillo grabado con sus iniciales y con la foto de su padre, regalo de Carla días previos a la boda.

Durante el cóctel les acompañó un cuarteto de cuerda con canciones clásicas versionadas y bandas sonoras de películas. El catering fue servido por Norema Salinas, les encantó porque era una fusión de comida de diferentes países.

El estampado en toile de jouy color vino, estuvo presente en la decoración de la boda. Y así Carla realizó pai pais con las canciones en la iglesia, conos para confeti y hasta un tocador campestre al aire libre, con dos espejos y bombillas. Los meseros y el candy bar fue diseñado por Lady Frambuesa. La decoración floral de las mesas fue realizada por Koldo Esparza. El fotomatón de Flash Flash Box, iba a la perfección con la decoración de la boda y su ambiente campestre afrancesado. Del reportaje fotográfico y de vídeo se encargó Muy Muy Felices.

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