FASHION REVOLUTION
Vivimos en un mundo en que puedes comprar camisetas por 3 euros pero nos detenemos a pensar en ¿cuánto está ganando la gente que hizo esa camiseta o cuánto ganó el que cultivó el algodón? No porque las empresas nos han acostumbrado a este mercado de precios bajos y es lógico que como consumidores nos encantemos ante la idea de poder comprar muchas cosas por poco dinero. Sin embargo cada vez están apareciendo más y más reportajes que comienzan a abrirnos los ojos ante este panorama.
Tengo que decir que muchas veces pensé que los bajos sueldos estaban más o menos acordes a la vida del país. En Inglaterra los alquileres son altísimos pero los sueldos también lo son, luego conoces realidades como en tu país (Chile), en que la desigualdad es muy fuerte y realmente los sueldos, para una gran mayoría de la población, alcanza apenas para pagar el alquiler. Pequé de ignorante pensando en que en esos países (Bangladesh, China, etc) los bajos sueldos alcanzaba para que esas familias vivieran porque eso es lo que nos quieren hacer pensar las empresas con sus etiquetas de “justo, orgánico…”.
Tuve una época cuando era más chica en que no me importaba la calidad de la ropa para nada y prefería tener 10 bolsos en vez de tener sólo uno bueno, clásico. Pero entiendo que esto tiene que ver con crecer y comenzar a darte cuenta de todo lo que hay detrás de la industria de la moda. Conozco mucha gente que se queja en plan “ay, ella que puede comprarse unos super zapatos de marca, yo no podría, no tengo dinero para eso” (y tiene más de 100 pares de zapatos). Ella también podría tenerlos si ahorra, pero ahí está la balanza de decidir qué es lo que queremos.
(Pueden verla completa aquí)
Cuando hice el curso de corte, confección y patronaje muchas me pidieron que comenzara a hacer ropa para humanos (soy diseñadora para muñecas desde el 2005) y lamentablemente jamás lo pensé como opción. Por poner un ejemplo: mi blusa de gatitos; sólo la tela costó $20.000 (25 euros) si a eso agrego el diseño, el tiempo de trabajo, mis horas de costura para que me saliera rentable tendría que haberlas vendido en $80.000. Son piezas únicas, hechas a mano con tela de buena calidad pero seamos realistas: ¿quién pagaría por eso? Muy pocos o nadie.
Si a eso sumamos “lanza una línea de ropa ojalá baratita” ya es para llorar porque no se está valorando todo el trabajo que trae consigo diseñar una prenda, comprar buenas materias primas, el tiempo invertido, publicidad y todos esos costes implícitos. El diseño de autor es complicado en estos tiempos y aplaudo de pie a los valientes que se atreven. Pero siento que se atreven porque cada vez son más personas las que están tomando conciencia de toda la realidad de la industria, porque cada vez hay más material audiovisual que nos golpea con imágenes que no queríamos ver. Siento que vamos por buen camino.
Documental completo sobre moda ética:
“Pero Lupi ¿qué hago si no tengo dinero para invertir en diseño de autor?”
Lo que hago yo: visitar flea markets, mercadillos, ferias, lugares donde la gente vende cosas que ya no utiliza, donde puedes encontrar verdaderos tesoros si tienes buen ojo. Yo todo lo que compro está nuevo y en excelente condición. Muchas veces he comprado cosas que había visto en tiendas y que me encantaría tener y lo he adquirido por menos del 50% del precio original. Es una excelente manera de reciclar, dar vida a una segunda prenda. (Si me siguen en Twitter pueden saber qué días hay mercadillos y ferias, iré subiendo todos los que encuentre de España y Chile).
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