Parallel lines

Por definición las líneas paralelas no se unen… y eso es lo que a veces sucede en las relaciones… que uno va a Boston y el otro a California… Sí, lo sé, es un rollo, pero la realidad es así.

Tengo que reconocer que yo me he visto en unas cuantas de estas y es duro. Sobre todo porque aunque la razón te dice una cosa, con el propósito de asumir la nueva circunstancia e impidiéndonos que nos recreemos en lo que pudo haber sido y no fue… mientras el corazón sigue arraigado a las emociones positivas, que le aportaba ese amor y nos boicotea aferrándose a él. De ahí que pasar ese duelo no sea una tarea fácil y tengamos que pasar por momentos autodestructivos, en los que nos castigamos a nosotros mismos por la ruptura y nos sentimos lo peor; momentos de calma, cuando nos autoconvencemos que es lo mejor que nos podía pasar; momentos de tristeza porque echamos de menos a esa persona y nos sentimos solos; momentos de autoengaño, en los que jugamos con la idea de que quizás se puedan arreglar las cosas; momentos de cabreo, en los que le deseamos lo peor al otro y le acusamos (en silencio) de habernos dejado o de ser el responsable de haberlo hecho tú; momentos de autoconfianza, en los que nos reafirmamos de que lo mejor está por venir y que es necesario pasar por estas cosas para valorar lo bueno…; y momentos de abatimiento, en los que nos embarga un sentimiento de tristeza profundo, apatía y desconsuelo y en los que solo somos capaces de llorar y entrar en un bucle negativo, que únicamente se para cuando nos quedamos exhaustos, física y psicológicamente hablando.

Asimismo, lo que está claro es que este tipo de situaciones no son agradables… pero sí o sí hay que superarlas a no ser que seamos robots y consigamos programarnos de tal manera que no sintamos nada… Pero como por el momento esto no es posible… ¿qué podemos hacer para resurgir cual ave fénix cuando nuestro estado anímico nos deja KO y los pensamientos negativos revolotean sobre nuestra cabeza y se apoderan de nosotros? Evidentemente no existen fórmulas mágicas, pero si aplicamos el sentido común, la clave está en no dejarnos llevar por el dolor y hacer un ejercicio de fortaleza, pensando en las cosas buenas que nos rodean, que son más de las que creemos. Soy consciente que en una primera instancia es complicado, porque nos sentimos incapaces, nos flaquean las fuerzas… y el mero hecho de recordar ciertas situaciones nos inducen a la melancolía y de nuevo entramos en ese circuito infernal. Por ello, y en el momento en el que detectamos que estamos yendo por el mal camino… lo mejor es pararse, respirar, mantener la calma, rodearnos de gente de confianza que nos entiende sin tener que dar muchas explicaciones, buscar cosas que nos animen como una

peli, un libro, una canción…, llorar si es necesario pero para liberar no para llegar a desesperarnos, caminar o hacer deporte y relativizar. Hay cosas muchísimo peores, y poner este tipo de baches emocionales en cuarentena nos servirá para, aunque ahora duelan mucho, verlos desde otra perspectiva.

Sin más, y aunque no soy psicóloga ni nada por el estilo, sí que he vivido este tipo de historias y, al menos yo, lo he pasado fatal. De ahí que haya querido compartir con vosotros mi “antídoto” para el mal de amores… Y espero que al menos os haya aportado algo.

Happy saturday!

  • Love
  • Save
    Add a blog to Bloglovin’
    Enter the full blog address (e.g. https://www.fashionsquad.com)
    We're working on your request. This will take just a minute...