Pues esta Navidad me compré este farolillo tan mono en Ikea. Una vez terminadas las fiestas, cuando me puse a guardar los adornos para el año que viene, me dio pena quitar el farol y pensé desnavidalizarlo. Ya sé que ese verbo no existe, pero debería.
Ha sido tan fácil como rociarlo con pintura en espray. He tardado 45 segundos y este es el resultado.
Puedes aplicar esta técnica a candelabros, bajoplatos… si alguna decoración navideña te ha gustado no hace falta enterrarla hasta el año que viene.