Aunque es cierto que la primavera suele invitar a colorear nuestro día a día con tonos vivos y alegres, hay personas que se encuentran más a gusto en ambientes algo más sobrios y monocromáticos sin que esto signifique que dichos espacios tengan que ser fríos y aburridos. Hoy os traigo un ejemplo de una vivienda en la que predominan los tonos grises y negro pero que, con las convenientes pinceladas de blanco y los toques de textiles y materiales naturales como la madera o la rafia, consigue transmitir una atmósfera cálida y serena. ¿Vosotros sois más de colores vivos o tonos neutros? Un besazo y feliz lunes :)