¿Quién dijo que el helado no puede ser vegano? Este rico helado de fresas con vinagre balsámico y albahaca lo es. Aunque la cocina vegana cada vez es más común por cuestiones éticas y alimentarias, creo que es muy común pensar en recetas poco sabrosas y aburridas cuando se trata este tema. Como también es usual pensar que la cocina vegetariana o vegana utilice ingredientes caros o difíciles de encontrar. Este helado quizás consiga cambiar un poco la opinión general.
Ya sea por una decisión personal como por una exigencia por temas de alergias o intolerancias, este helado de fresas puede que os resulte muy interesante: el azúcar blanquilla se ha sustituido por jarabe de arce, que, personalmente, ¡me encanta! En cambio los lácteos tradicionales como la leche o la nata, utilizados normalmente en la preparación de helados, se sustituyen con leche de coco. Ambos ingredientes son, en mi opinión deliciosos, y se encuentran fácilmente en las grandes superficies.
La combinación de fresas y vinagre balsámico no es nueva, es más, está considerada ¡una exquisitez! El uso de la leche de coco le da un toque tropical y se esposa a la perfección con la albahaca que yo uso también para realizar un sorbete buenísimo con limón. Os animo a probar este helado original y diferente y a contarme qué os ha parecido.
Receta de helado vegano de fresas
Ingredientes:
- 500 g de fresas
- 60 ml de jarabe de arce
- 3 cucharadas de vinagre balsámico
- 1 vaina de vainilla
- 300 ml de leche de coco
- Unas hojas de albahaca
Elaboración:
- Para empezar tomamos la vaina de vainilla y la abrimos por la mitad, longitudinalmente. Con la punta de un cuchillito, extraemos las semillas del interior de la vaina y las reservamos en un cuenco. Incorporamos a las semillas el vinagre balsámico y el jarabe de arce.
Existen diferentes substitutos del azúcar que puedes utilizar para hacer este helado de fresas: el primero es el jarabe de arce que se produce a partir de la savia del arce azucarero y, por ser mi preferido, os lo propongo para esta receta. No es un producto económico, sobre todo si es el verdadero jarabe de arce (existen muchos otros que son sucedáneos). Tiene un sabor dulce, no empalagoso y es perfecto para pancakes y para darle un toque especial a un bol de yogur y granola.
Si no lo encontráis o su precio no os convence podéis utilizar sirope de agave o miel de agave. Este sirope se obtiene a partir de la savia del agave y tiene un gran poder endulzante por lo que recomiendo disminuir un poco la cantidad (a unos 45 ml) si utilizáis esta segunda alternativa.
Por último, podemos utilizar la miel común. En este caso tendríamos todos los beneficios de este precioso producto pero, debido a su origen, no podríamos considerar este helado vegano.