La baguette es un pan de miga aireada y corteza crujiente que es muy popular en Francia. Y os digo desde ya que lo que nos suelen vender en este país como baguette no tiene mucho en común con una baguette de verdad. Cualquier francés pondría cara de asco y diría: pain de merde. Yo también lo digo, pero en español. Así que vamos con esta receta de baguettes caseras para que veáis lo que es bueno.
Una buena baguette no es fácil de conseguir, debe tener una distribución perfecta de los agujeros en la miga, estos no deben ser ni muy grandes ni muy pequeños, la corteza debe resultar salvajemente crujiente al morder y las greñas (o cortes por donde se abre el pan) deben formar un labio perfecto en uno de sus lados. En definitiva, que si no tenéis ya algo de dominio del pan no os aconsejo que os atreváis con ellas. No son para flojos.
Pero no quiero asustaros con todo esto, una buena baguette, como muchas otras cosas, se consigue con mucha práctica y con este artículo vamos a empezar a practicar. Para ellos vamos a hacer baguettes por el método directo, sin fermentos previos como usamos en otras recetas. En esta receta hemos usado un porcentaje de hidratación del 65%, habitual en las baguettes.
Receta de baguettes caseras
Ingredientes:
- 370 g de harina panadera
- 240 g de agua
- 5 g de levadura de panadero liofilizada (15 g de levadura fresca)
- 10 g de sal
Elaboración:
- Mezclamos la harina panadera, el agua, la levadura de panadero y la sal. Amasamos a mano o con robot amasador en intervalos de 1-2 minutos con reposos intermedios de 10-15 minutos, tantas veces como sea necesario hasta que la masa pase la prueba de la membrana. Ponemos la masa en un bol engrasado, tapamos y la dejamos que doble en volumen.
Probad esta receta de baguettes, que hechas con cariño, mimo y buenas harinas os saldrán con un aroma estupendo y os sabrán a gloria. Abajo el pan de gasolinera.