Cremoso de chocolate sin harina

Uf, me vais a querer mucho si descubrís este postre tan rico y sano. Prometedme que lo vais a hacer. Esto de la comida saludable cada vez es más divertido y ya no hay receta que se me resista. Cualquiera que descubro la convierto en otra versión más sana en un periquete. Esta opción es genial para las tardes en las que apetece algo dulce. Tiene proteínas y grasas de las buenas además, está completamente delicioso. Os cuento.

Esta vez he puesto los ingredientes así para que veáis cuáles compro yo exactamente pero claro, podéis utilizar otros. Me gusta hacer esta receta en pequeñas cantidades porque me gusta comerlo recién hecho (no se tarda nada) y tibio. Queda cremoso y riquísimo. Si queréis hacer más para compartir, solo tendréis que multiplicar las cantidades que os cuento aquí.

Ingredientes:

1 cucharada grande de mantequilla de cacahuete.
2 onzas de chocolate negro sin azúcar.
1 cucharadita pequeña de levadura.
1 huevo entero y una clara.
1 cucharada de cacao en polvo descremado.
1 cucharada y media de Stevia (lo ideal es probar la mezcla hasta encontrar el punto de dulzor apropiado).

** (Sería opcional añadir una cucharada de proteína en polvo sabor chocolate, así la receta sería más proteica aún y el sabor no se modifica prácticamente nada).

1. Poner al baño maría la mantequilla de cacahuete y las pastillas de chocolate hasta que se derrita el chocolate y se integre bien con la mantequilla.
2. Añadimos el resto de ingredientes secos, la levadura, Stevia y cacao en polvo (y proteína en el caso en el que la utilicéis) y mezclamos un poco.
3. Agregamos el huevo y la clara y mezclamos bien. Es un proceso sencillo incluso con la ayuda de una cuchara.
4. Precalentamos el horno a máxima potencia durante unos 5 minutos.
5. Vertemos la mezcla en un recipiente amplio. Yo utilicé este porque no tengo ninguno pequeñito de cristal para hornear.
6. El horneado es el punto más importante. Es fundamental no pasarse porque quedará demasiado seco. Mi horno es muy potente y con 5 minutos es más que suficiente, hasta que al introducir un cuchillo no salga la mezcla líquida pero si pegajosa. Conseguir la textura apropiada es la clave de esta receta.
7. Dejamos enfriar un poco y lo comemos tíbio. Debe quedar cremoso, con el chocolate incluso un poco derretido… ¡uhmmmmmm qué rico!

¿Qué os parece? ¿os animáis? ¿se os ocurren más recetas sanitas para golosos como yo?

¡Gracias por vuestros comentarios!