Vestirse para una entrevista: El Traje


(English version coming soon)

Hace unos días uno de los lectores del blog me pedía consejo sobre cómo debía acudir a una entrevista de trabajo. Por supuesto, eso depende en gran medida de a qué se dedica uno y qué tipo de empresa es la entrevistador, pero convendremos que si hay un formato que suele ser infalible en una mayoría de casos es el traje de chaqueta. Esto es, la camisa blanca de las entrevistas, para entendernos.

Elegante, juvenil y moderno sin estridencias. Justo lo que necesitáis en ese momento.
En el mundo de la entrevista de trabajo yo os recomiendo que actuéis sobre dos ejes en lo que al atuendo se refiere: imitad lo que veáis en el lugar de trabajo pero incluid siempre algún detalle que dé carácter a vuestro atuendo para asegurar que os recuerden después de la entrevista más fácilmente.

No quiero decir que sólo vuestra ropa os haga ser recordados, estoy seguro que si leéis este blog tendréis grandes éxitos profesionales, pero sin duda es más fácil que después de cientos de personas con su talentos y demás, que nos acordemos del chico que tenía una corbata llamativa – aunque bonita – que no del que iba absolutamente anodino.

Raya diplomática de Al Capone y colores estrambóticos vs la elegancia de la talla adecuada y los tonos clásicos.
Las apuestas más seguras son los trajes oscuros mates de dos piezas, de talla apropiada que no hay nada peor que un traje demasiado pequeño, y con una camisa bien planchada y de color claro: blanco, azul clarito, verde pálido, rosa para los que no tengan manías, en fin, tonos que favorezcan. Si no lo veis claro, nada de cuadros ni rayas, que son sin duda un poco más difíciles de combinar. Los trajes brillantes, mil rayas, los cuadros escoceses o de gales pueden ser muy de tendencia, pero es más fácil equivocarse y que en lugar de elegantes vayáis hechos un cuadro, mejor que lo evitéis en la entrevista. Las camisas de traje no tienen botón en el cuello ni bolsillo en el pecho, esas son para ir casual.

Si no es necesario, ir con la camisa sin corbata, siempre es una alternativa desenfadada, pero recordad que sólo debéis llevar sin abotonar el cuello, lo demás cerrado. Si en vuestra exploración previa, veis que todos van con la bendita corbata, pues ya sabéis: vosotros también. Las corbatas dependen un poco del carácter de cada cual, pero yo os recomendaría ir por alguna corbata que tenga un punto diferencial: estrechita o de punto de ganchillo para dar un toque moderno, de algún color un poco contrastado y ácido para que nos dé un poco de luz envueltos en un traje oscuro. Una alternativa interesante es que os decidáis y uséis una aguja de corbata para darle un punto retro-elegante a vuestro look. Los pañuelos en el bolsillo también pueden ser una idea interesante, procurad que sea un formato pocket square, y no algo muy extravagante.

Esto es para los másters del traje: raya diplomática sutil y lana gris clara para los que ya se sepan la lección
Para terminar, muy importante: los zapatos bien limpios. Os parecerá mentira, pero es de las primeras cosas en las que yo me fijo al entrevistar a alguien, y quién sabe, igual no soy el único.
¿Y vosotros tenéis alguna receta secreta?

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