Aaaah, si, si, si... Un mundo donde la ridiculez no tiene márgenes, sangrías, puntos ni comas ni límite alguno; tiene espacio infinito para propagarse por todo el cosmos a riesgo motivar la furia incontenible de hasta los dioses más benevolentes, pudiendo desparecer así la humanidad toda de la faz de la tierra, el planeta Tierra del sistema solar, el Sistema Solar de la Vía Láctea y la Vía Lactea... de las góndolas de los supermercados.