¿Dónde está el límite para ir conjuntada?

Con la moda de llevar looks a juego persistiendo temporada tras temporada (y sigue que sigue para el próximo otoño), he desarrollado cierta obsesión por las combinaciones “imposibles”. ¿Por qué digo “imposibles”? Porque son conjuntos del mismo estampado o concepto, que se encuentran en diferentes tiendas. Un poco como la camiseta de Brandy Melville el bolso de Bershka que os acabo de poner o ese abrigo de TopShop que, si no me falla la memoria (porque seguimos con los foros off line y no he podido consultarlo), tenía el mismo estampado que una falda de… ¿Zara? (apunte required aquí, Paola :P). El caso es que si sucumbisteis a uno de los 1000 clones que inspiró el aviso parental de Alexander Wang, tal vez os interese este bolso de Asos para ir a juego.

¿Por qué os pregunto por el límite de los conjuntos? Pues porque el otro día (hace ya casi tres semanas, todo hay que decirlo: ¿por qué funciona tan mal el sistema de envío de TopShop?!) no pude resistirme más y acabé comprando estas braguitas en las rebajas de TopShop que venían tentándome desde hacía meses:

¿Y por qué me tentaban? Pues porque os juro que tengo un vestidito que compré en una tienda ultra barata de diseños coreanos en una callecita de París con exactamente el mismo estampado. Igualito igualito. Vamos, que si los de TopShop se dignan a hacerme el envío, puedo ir a juego hasta límites… ¿imposibles? ;P