¿Os acordáis de que el año pasado os conté que mi hermana estaba haciendo una
colcha de ganchillo? Bien pues ya la ha terminado. ¡Tachán! Es esta tan bonita sobre la que posa
Zuri (mi gata, que si no está en el centro del meollo, le da algo, siempre en el medio, como los jueves...).
¿Y por qué tengo yo en mi casa la colcha que ha hecho mi hermana? Pues porque ha sido tan maja de regalármela (toma, toma y toma). Lo sé, soy una suertuda. Ni yo misma me lo creo, algo habrá que hacer para reequilibrar el karma lanero ;-)
Ni os imagináis lo feliz que soy con mi cálida colcha de colores vivos...lo bonita que queda puesta en mi cama...¡ay, estoy enamorada!
El trabajo es doble: ganchillar todos los cuadraditos, y luego coserlos sobre un edredón nórdico para darle más consistencia, solidez y durabilidad. Una colcha diez hecha a mano que vale un potosí. ¡Un tesoro!
Que sí, que ya me he puesto manos a la obra para reequilibrar el karma, no seáis impacientes y en breve os lo enseño...
pd: Gracias Ángela, por un regalo tan
preciado y lleno de amor.