Mar y Maurix querían una
boda diferente, aunque con toques clásicos. Para conseguirlo, Mar se encargó de todos los detalles y desde un año antes fue guardando frascos y botellas que pintó ella misma y que se convirtieron en la
decoración perfecta para el evento que estaban buscando. Además, tanto Mar como Maurix son diseñadores gráficos y ellos mismos se encargaron de
diseñar las invitaciones, los regalitos para los invitados y todos los elementos decorativos de la boda.
Tal es su sentido artístico, que Mar incluso diseñó su
vestido de novia que luego dejó en manos de la maravillosa
Sole Alonso.
El vestido era espectacular. De manga larga, con escote en pico en la espalda y una botonadura maravillosa. El toque original estaba en su largura, siendo un poco más corto por delante dejando a la vista unos coquetos zapatos color rosa chicle de
Miu Miu. El toque divertido lo puso llevando unos pololos bajo el vestido. Para el pelo escogió una coronita de flores y una trenza bucólica. ¡Radiante!
Para la ocasión, Maurix eligió un chaqué muy moderno de
Silbon que combinó con unos calcetines rojos.
Se casaron en el precioso
Pazo de Santa Cruz, lo más parecido a un Rancho que era donde Mar soñaba con casarse. Como amantes de la cultura americana, alquilaron un
viejo Cadillac que les llevó hasta la recepción y que dejo boquiabiertos a todos los invitados.
Como sorpresa, Mar contrató a una de las bandas de música favoritas de Maurix para amenizar el cóctel. El novio se emocionó mucho con el regalazo de su ya en ese momento esposa.
Os dejos con las
fotos de la boda de
Jimena Roquero.