De llegar a los 29

En la primaria jugaba una cosa, en un papel dibujabas un corazón dentro del que escribías la edad a la que te ibas a casar, los hijos que ibas a tener y no sé cuántas tonterías más. Según aquél “documento,” a mis 25 yo iba a estar casada y con dos hijos. ¡Y de la profesión ni me había preocupado! Y pues no. Hoy cumplo 29 años, mi vida ha sido completamente distinta a lo que esa niña se imaginaba, ¡pero un millón de veces más feliz y emocionante! Trabajé en mil lugares desde los 16 años, hasta que finalmente me mudé al DF para estudiar periodismo, mi pasión. Conseguí el trabajo de mis sueños y trabajé duro para posicionarme en el tema que más me gusta desde niña: el deporte, la nutrición y la nueva pasión que descubrí acá: la carrera. Tengo 29 años, vivo sola, tengo una familia que amo y me ama, amigos muy cercanos y verdaderos, un trabajo que me hace despertar feliz cada mañana, viajo por el mundo corriendo y descubriendo cosas espectaculares, soy felizmente soltera y me divierto un montón. Las expectativas de esa niña se quedaron chiquitas, soy una mujer fuerte, independiente, apasionada y profundamente feliz. Superé el cáncer y eso encendió en mi vida una llama que me hace vivir a tope cada día. Y pues eso, este año aprendí que para disfrutar realmente la vida hay que desechar las expectativas caducas, hay que sacar de tu vida lo que sobra (y a los que sobran) y hay que disfrutar cada día al cien haciendo lo que quieres sin poner atención en la opinión ajena. Así vivo y me siento cada día en mi mejor momento.

Y este blog, que me ha llevado a conseguir mis más locos sueños, está a punto de cumplir cinco años. Cinco años en los que ustedes me han acompañado a través de mis días buenos y malos, triunfos, fracasos y aprendizajes.

¡Muchas gracias!