Speculoos

Empezamos la temporada pre-navideña con estas deliciosas galletas, que aunque se consumen durante todo el año, es en Navidad cuando se encuentran en todos los mercados navideños de Belgica, Holanda, el norte de Francia y el este de Alemania contribuyendo con su maravilloso aroma de especias y caramelo a crear el ambiente tan especial que se respira por esas fechas.

Hace unas semanas estuve en Alemania y aunque no tuve mucho tiempo de ir de compras, encontré en una magnífica (y peligrosa) tienda de Karlsruhe, un rodillo para hacer estas galletas y no pude resistir la tentación de traérmelo, así que ya de vuelta anduve buscando una receta y entre las muchas que encontré me decidí por estas dejándome guiar por mi intuición y creo que acerté plenamente porque han resultado ser unas de las galletas más ricas que he hecho y que he comido nunca, muy crujientes y con un saborcito delicioso, realmente adictivas.

Una de las claves del éxito creo que es la elección del azúcar, normalmente se utiliza cassonade o vergeoise, pero como son bastante difíciles de encontrar, usé azúcar demerara que al ser más seca y con cristales mayores, creo que contribuyó a que salieran tan crujientes. Si no tenéis ninguno de estos tipos de azúcar, usad el azúcar morena que tengáis a mano.

Respecto a las especias, yo usé una mezcla de especias ya preparada, pero la podéis hacer mezclando: 1 cucharadita colmada de canela, 1 cucharadita rasa de jengibre molido, 1/2 cucharadita de anís estrellado y un clavo, todo molido. Para las que me habéis preguntado por las especias para Speculoos, son estas.

Mezclar la mantequilla blanda con el azúcar, el huevo y las especias hasta obtener una pasta homogénea.

Añadir la harina mezclada con la levadura y mezclar hasta que se forme una bola. envolver en film y dejar en el frigorífico durante unas 12 horas.

Coger una parte de la masa y extenderla sobre una superficie bien enharinada, o sobre un papel de horno hasta que tenga un grosor de unos 3 mm., pasar el rodillo presionando para que los dibujos queden bien marcados. Según el grosor que tengan, se irán cortando las galletas o tendréis que pasar la punta de un cuchillo por los bordes para separarlas. Si no tenéis el rodillo, cortarlas con un cortador o simplemente hacer rectángulos con un cuchillo o un cortapizzas. Ir poniendo las galletas en una placa de horno con un papel de horno y meterlas en el frigorífico al menos durante media hora.

Precalentar el horno a 180º , meter las galletas directamente sacadas del frigorífico y hornearlas durante 12/15 minutos, hasta que estén doradas. Esperar a que se enfríen un poco antes de levantarlas de la placa, dejar enfriar totalmente en una rejilla.

Guardar en una caja hermética.

Bueno, para los que hayáis llegado hasta aquí guardo una pequeña sorpresa, resulta que me gustó tanto el rodillo que me traje dos, así que uno de ellos lo sortearé entre todos los comentarios que dejéis en esta entrada hasta el lunes 9 a las diez de la noche. Por favor, dejadme una dirección de e-mail para que me pueda poner en contacto con el ganador. Lamentablemente no lo podré enviar a Canarias ya que incomprensiblemente los gastos de envío y tasas de aduana suben el coste a mucho más de lo que vale el rodillo…cosa que me parece una discriminación vergonzosa para una parte de nuestros conciudadanos.