Cuaderno de Pili

Lo online y lo offline.


Llevo una época en la que las compras online son el pan de casi cada día, y cada día lo son más. No me apetece ir hasta las tiendas, porque implica coger el coche, desplazarme y bla, bla, y eso al fin y al cabo es tiempo que pierdo y no estoy yo como para eso. De vez en cuando lo hago, claro, pero no voy de tiendas por que sí.
El comercio online o ecommerce es algo que además va a ir in crescendo (la navidad está a la vuelta de la esquina, amigos), es algo de pura lógica. Los problemas surgen cuando la parte online se convierte en offline, es decir, la entrega física del paquete. Yo pongo la dirección de casa básicamente porque no tengo otra, y siempre, siempre pongo mi teléfono para que me llamen primero, para ver si voy a estar. Pero:
- La horquilla del horario de entregas es enorme. No puede ser que te tengan esperando entre las 9 y las 14, tenemos una vida y un millón de cosas que hacer. Además la ley de Murphy acompaña siempre en estos casos y si sales 5 minutos a la farmacia, son los 5 minutos que aprovecha el repartidor para pasar por tu casa. NO FALLA.
- Si he puesto un número de teléfono, LLÁMENME, pero no cuando estén ya en la puerta, por favor. Háganlo cuando se hayan hecho el planning del reparto y sepan ya con más acierto a qué hora van a pasar por mi casa. - En ocasiones, y no pocas, he sido yo quien ha salido con el coche en busca del repartidor. Sí, como lo lees. Es decir, me han llamado, y como por regla general cuando no estoy en casa estoy de madretaxi, pues no puedo contestar, así que llamo yo al repartidor y le pregunto dónde está para que vuelva o ir yo a buscar el paquete si todavía está por mi zona. Prefiero eso a tener que ir luego a la oficina de turno de la mensajería. He de decir que alguno ya sabe quien soy sólo oyendo mi voz, no digo más.
- Imagino que los que trabajáis en una oficina y tenéis que recoger los paquetes de vuestras compras pondréis vuestra dirección de allí, o tenéis que poner la dirección de vuestros padres/abuelos/tíos/amigos que viven cerca porque vuestro horario laboral es el mismo que el del repartidor y las horas de apertura de la oficina, y así no hay quien recoja los paquetes. Y a este punto quería yo llegar y contar un sistema que tienen en Japón que a mí me flipa, ya que básicamente le resuelve la papeleta al repartidor y al dueño del paquete. Y encima se ahorra seguro, tiempo y viajes de unos y de otros.
Hablo con conocimiento de causa porque lo hemos probado nosotros allí, y aunque desconozco si lo hacen más empresas porque nosotros sólo lo hemos probado con Amazon, funciona de la siguiente manera: puedes elegir que el envío lo hagan a la dirección que quieras o a una “convenience store” (tiendas de conveniencia que aquí serían los supermercaditos express que empiezan a abundar en nuestras ciudades y que tienen horarios de apertura más amplios que los tradicionales) que elijas, de modo que llegas a la tienda, introduces el código que te han enviado en una maquinita que tienen para ello, se imprime un boleto con el código, lo entregas al chico/a que haya detrás del mostrador, y voilá, te entrega tu paquete a la hora a que a tí te viene bien ir a recogerlo. Sin más historias.
¿A que es un sistema maravilloso? No sé qué están esperando aquí para ponerlo en marcha. (Creo que en el metro de Madrid quieren poner algo parecido, pero ya veremos)
Ciao!

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