Whole Kitchen en su Propuesta Salada para el mes de Noviembre nos invita a preparar un clásico de la cocina francesa:
CASSOULET.
En pleno otoño nada como preparar un buen guiso, que llega de la mano de uno de los platos más suculentos de la gastronomía francesa, todo un manjar para acompañarnos en estos días de frío.
El Cassoulet es fundamentalmente un guiso, hecho con alubias blancas o frijoles, y distintas partes de carne animal. Es típico de la cocina del sur de Francia, concretamente de las regiones de Languedoc y Mediodía-Pirineos. Tres ciudades cercanas, Castelnaudary, Carcassonne y Toulouse, se disputan el origen y sobre todo la mejor calidad de cada variedad del plato, continuando una disputa ancestral. Parece ser que los romanos ya comían un estofado de cordero y habas en la zona de Narbona. Hay historiadores que sitúan el origen del cassoulet en la Edad Media. Sin embargo, las alubias llegaron al Suroeste en el siglo XVI, importadas de América. Como en todos los platos antiguos y populares, hay diferencias entre las recetas de una familia y otra; aunque se puede concretar que el ingrediente básico del cassoulet son las alubias blancas, que se cuecen con trozos de carne y embutidos que pueden variar según la receta, pero entre los que se suele encontrar costilla de cerdo, salchichas de Toulouse, tocino y corteza de tocino y pato confitado. En algunas modalidades de la receta incluso morcilla de sangre, dependiendo de la temporada del año o la variedad local. Cada cassoulet tiene su particularidad local. El de la ciudad rosa se enorgullece de llevar la salchicha de Toulouse, el de Castelnaudary incluye sistemáticamente confit de oca y al de Carcassonne se le añade pierna de cordero y perdiz. Las alubias se ponen en remojo unas horas antes y luego se cuece todo a fuego lento con algunas verduras (tomate, cebolla, zanahorias, ajo y finas hierbas), grasa de pato y un poco de agua en una cassole o cazuela de barro. Este recipiente, o más bien su diminutivo, que en castellano sería "cazuelita", es lo que da el nombre al plato. Este recipiente está fabricado por los alfareros de Issel, aldea situada a 8 km. al norte de Castelnaudary. Sus características térmicas son idóneas para la cocción necesariamente lenta del cassoulet y para que el calor sea uniformemente distribuido a todo el recipiente.
En Francia es muy habitual encontrarlo ya preparado en latas, variando en calidad e ingredientes según la versión y precios. Las más baratas suelen contener tan sólo alubias, salsa de tomate, unas piezas de cerdo y salchichas baratas. Preparaciones más caras usan grasa de oca y además pueden incluir salchichas de Toulouse (parecidas a las butifarras frescas catalanas), oca, cordero o trozos de pato confitado. El Cassoulet es el plato rey de la cocina tolosana, se elabora con ciertos ingredientes imprescindibles y con otros que varían según el cocinero. El secreto de este plato regional está en su cocción: el cassoulet de Toulouse es un manjar que se debe cocer a fuego lento y saborearse gratinado. En
este vídeo podemos ver su elaboración.