Os dejo "calentita" la fideuá que nos almorzamos ayer. Todo empezó con "tenemos unos boquerones", luego seguimos con "me apetecen unos fideos", y "voy a hacer un nuevo caldo concentrado, que apenas nos queda", y "¿qué tal si le ponemos unos garbanzos de los que tenemos congelados?. Así fue construyéndose este plato, con aportaciones de mi Loli, poco a poco, y como siempre pensando en cocina.
Los boquerones los habíamos congelados porque nos sobraron de otra preparación, así que garantizamos que nos libramos del anisakis. Es la primera vez que congelábamos boquerones y quedaron bastante bien, descongelándolos con cuidado.
Los garbanzos los teníamos congelados de un
puchero gaditano anterior. Congelan muy bien. Tan sencillo como meterlos en una bolsa de congelación y luego sacas los que necesites, se separan con facilidad.
Usamos nuestro
caldo vegetal concentrado, siempre tenemos en el congelador. Es una idea sencilla pero que aporta calidad a mi cocina. Siempre tengo un caldo personalizado, rico, sano y del cual conozco todos los ingredientes. Esta vez pusimos: cebolla, zanahoria, apio, tomate, judías verdes, laurel, perejil y sal.
Así que con un poco de esto y otro de aquello nos salió una fideuá magnífica.