Helado de Caramelo Salado Sin Lactosa


Me compré el libro Polos y Helados, de Sandra -Sandeea- de La Receta de la Felicidad, por varios motivos. El hecho de hacer helados caseros sin tantas cosas que no sé ni lo que son entre sus ingredientes, es uno de los más importantes.
Pero ¿por qué éste y no otro libro de helados? Porque sabía que no me iba a defraudar y, además, su precio es asequible.

Me gusta mucho Sandra porque hace las cosas fáciles, procura no complicar las recetas (aunque sean de por sí complicadas), y no añadir elementos innecesarios o artificiales a lo que elabora. También os tengo que decir que este libro es una fuente de inspiración. Ella nos da consejos, formas diferentes de hacer las cosas y, partiendo de ahí, podemos hacer nuestras combinaciones de sabores. Las recetas son fáciles y muy "entendibles". Incluso sin necesidad de heladera podemos hacer unos helados por los que en casa nos van a hacer la ola. Este helado sin lactosa que os traigo es una adaptación de los polos de caramelo salado del libro, pero en versión cuchara. Queda la mar de rico y no es nada complicado. Nos ha gustado un montón. La intolerancia a la lactosa complica mucho lo de los helados y hacerlos en casa, con nuestros sabores preferidos, se convierte en la mejor alternativa. Ingredientes:
  • 100 g de azúcar blanquilla o moreno
  • Una pizca de sal
  • 200 ml de nata vegetal o sin lactosa
  • 200 ml de leche sin lactosa
  • Una cucharada de mantequilla sin lactosa

Preparación: Aunque para hacer el caramelo salado, suelo hacerlo con azúcar moreno, en esta ocasión he utilizado blanquilla. El primer paso será hacer un caramelo, poniendo el azúcar en un cazo hasta que se haga el caramelo, sin remover. Separamos el cazo del fuego y con cuidado (pues salpica) añadimos 100 ml de nata sin lactosa. Añadimos la sal y la mantequilla. Removemos (yo lo hice con varillas) hasta que todos los ingredientes se hayan disuelto bien. Al principio, parece que eso no va a ocurrir nunca... pero, todo llega :) Incorporamos a la mezcla el resto de la nata y también la leche. Volvemos a poner el cazo a fuego medio, removiendo hasta que la mezcla haya reducido y espesado un poco. Entonces, retiramos del fuego y dejamos enfriar. Ponemos la mezcla en un cuenco y lo dejamos en la nevera hasta el día siguiente. Si disponemos de heladera, mantecamos el helado. Si no, llevamos el helado al congelador y, al menos 3-4 veces, vamos removiéndolo cada 30-40 minutos, con unas varillas manuales o con un tenedor. Si el cuenco tiene tapa, a mí me gusta taparlo. Si no la tiene, lo tapo con papel film.

Ahora, os toca armaros de paciencia y vencer la tentación de comeros este rico helado hasta el día siguiente, porque ha de estar alrededor de 24 horas en el congelador. Seguro que si os animáis con el libro, no os decepcionará... yo tengo pendiente de hacer uno que hay con zanahorias, que pinta la mar de bien. Y seguir versionando algunos a #sinlactosa !Espero que os guste! Gracias por entrar en mi cocina
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