Este año por primera vez en los 6 que llevo detrás de este blog, me he tomado el mes de agosto de vacaciones. Los primeros meses de embarazo me dieron muchísimo sueño, me iba durmiendo por las esquinas y dar el último empujón al curso me costó. Eso unido a un año de mucho trabajo y muchos cambios, me hizo pensar que lo mejor era desconectar al 100% en agosto para volver en septiembre bien descansada.
Así lo he hecho y el resultado no ha podido ser mejor. Ha sido un mes sin horarios, sin planificar nada, sin tecnologías, sin mails...Un verano como los de hace años.
He disfrutado de la playa, de la ciudad, de la familia, de los amigos, de helados, siestas, libros y todo aquello que hace feliz. Aquí tenéis algunas pinceladas de un verano muy especial...