‒ The Little Spirit Destiny.

“‒ Ando catando una guía, esquivando la

suerte, danzando elegías, sintiendo color. Vago

de noche y de día, sonrío calado a sonrisas, la

luna y el sol me inspiran, la gente me grita vivas

y con palabras me incitan, a ser como soy.”

- Me trajo hasta aquí el camino y la esencia misma del ritmo, el verano, un trago frio, la carne caliente y los delirios. Las ganas de hacer lo que digo, de pensar sin que sea en vilo, sin condenas, ni pesimismos, ni caprichos. Sin artilugios enfermizos de los que desbordan el Nilo con lagrimas de pececitos. Me siento bien cual un niño que arma por pedacitos su juguete favorito. Y que divisa el cielo ya dormido sobre un colchón en el piso, soñándose construido, hecho nuevo y más bonito.

- Me trajo hasta aquí el laberinto por donde cogí un domingo evadiendo compromisos colectivos, partí sin rumbo solito para encontrarme conmigo. Por la ruta vi a testigos relevando sacrificios, igual me encontré en bullicios, en sacos de polvo y vicios y en realidades y mitos. Sobrevolé precipicios cual alas de pajarito, desplumado pero digno porque el don, acepta ritos. Salté riberas, huecos y picos y hasta opaqué la longitud del centímetro, por el lado más cortico para no caer partido.

- Me resolví el algoritmo preciso que resuelve la ecuación sin dividirnos, también corrí tras cretinos, delante de ellos y al unísono. Entre paradas nos vimos del costado del Olimpo por donde soplan torbellinos y hordas de perros malignos, defienden a Santos Bandidos, mordiendo por los calzoncillos y pegando un germen dañino que hace añicos. Me trajo hasta aquí voz y estilo, lengua, dientes, cola, pito y la razón de un cuerpo típico vestido, que aspira a un fin infinito.

- Me trajo hasta aquí un grumete agradecido, un difunto aparecido y la sombra de un centinela tímido. La mezquina perdición de un poseído, la insensata sensatez de un duende empírico. Me trajo hasta aquí un molino con Don Quijotes lingüísticos, cuatro patas, ruedas de indios, un motor reverdecido y el corazón de Jesús Cristo, que me metí en un bolsillo aquel domingo. Pues la cruz no es buen destino, ni rendidos; y yo me afinco y lo hinco, para saber que no finjo cuando grito.

‒ Mucho dolor que ha sentido, menos mal que no es el mío ni es su sitio, pues para pecho hay cuchillos y para vernos clavados hay huestes de deprimidos, convulsivos y apocalípticos.

- Me trajo hasta aquí un rezo herido, la flor azul del colirio, la flauta en balde del grillo y las espinas del guiso. Las situaciones, las coyunturas y objetivos. Los adjetivos ambiguos y la encerrona de un político advertido de mi estilo, sus amalgamas, sus filtros; y un amigo. Los placeres condensados y el dulce amargor del tinto. La explicación, los argumentos y mi razón que justifico. La expiración de un tornillo y los motivos distintos que hacen llegar sin ser visto, la vuelta atrás da el inicio.

‒ La cuenta abierta hasta el mínimo y la adoración del marisco en un lagrimal de cocodrilo en cinto.

- Me trajo hasta aquí el colmillo de un pobre que se creyó rico, la sociedad del castigo y lo aprendido en cada sitio; y la ilusión de saber que aún estoy vivo, me trajo hasta aquí mismito.

‒ ¡Por eso hoy ceno contigo, frente a tus senos magníficos, brindando con vinos típicos!

‒ Me trajo hasta aquí el destino y lo leído y lo descrito no es ficticio, yo soy bienvenido de espíritu.

– Y ando cantando a la vida, engriéndome, ausente…

“‒ Ando catando sonrisas, cubriendo de albor. Vago

de noche y día, del este al oeste, clamo la paz sin

mentiras y el amor que envicia. Planto una rosa en su

espiga y la vuelvo poesía, paso las hojas que digan lo

que yo quería; y reivindico de adentros mi filosofía.”

- Y en cada obra emprendida abro un capitulo infinito, me trajo hasta aquí mi apellido, pero aún me llaman Tonyto.

“‒ ¡Little Spirit, soy yo; y bienvenido es mi oficio, pues ser Poeta es divino!”