Libertad G. Díaz

Santos que yo te pinté.



Lo que más me llama la atención del tipo de dolor y desesperanza que siento ahora es que, probablemente dentro de un tiempo (meses, años) lo vea como algo tonto, o como una pérdida de tiempo. Al menos éso es lo que todo el mundo me dice ahora para tratar de reconfortarme.

El caso es que, realmente, he llorado por mucha gente; pero sí es cierto que hay varias ocasiones que las recuerdo bien marcadas al fuego. Digamos que sé ya bastante bien lo que es este tipo de dolor, y cuando una experiencia de este tipo te cambia para siempre. Hace un año sufría otra experiencia dolorosa, parecida (aunque no igual), y entonces algo cambió. Aprendí a tener dignidad, a quererme, y (aunque me vengáis muchos a decirme que no es bueno ser así) a no perdonar a quien no lo merece.

Veréis, ahora mismo estas lecciones flaquean bastante. Porque, ¿qué haces cuando, de pronto, pasada una semana, te encuentras sola en casa y sin nadie a quien acudir para que te consuele; sin querer llamar a nadie por miedo a resultar pesada y cansina? ¿Cuando llevas más de una hora sin poder parar de llorar, a pesar de haber intentado hacer otras cosas (ducharte, leer, ver una peli)? ¿Cuando sabes de sobras que, si sales sola, será peor?

Pues escribes, como yo os estoy escribiendo ahora, con el corazón encogido y la respiración entrecortada; con el pelo mojado. Escribes todo lo que se te pasa por la cabeza, intentando frenar todas esas imágenes que se agolpan en ella y no se van.


"Santos que yo te pinté" es una canción de la banda granadína Los Planetas, y creo que ahora mismo representa a la perfección todo lo que estoy sintiendo por dentro. Aquí no ha habido un engaño per sé, no ha habido una mentira o una traición (aunque si sientes que estás traicionando a alguien, tal vez te tienes que detener a analizar tus sentimientos hacia esa persona, porque ¿sabes? Significa algo). Ha habido un rechazo. Y un abandono, por mi parte. Porque, ¿cómo quedarte cuando la otra persona no tiene las cosas claras? ¿Cómo quedarte cuando no puede darte aquello que le pides? No puedes quedarte. Tienes que levantarte y marcharte.

Ahora mismo, el que me digan que "todo llega", que "tenga paciencia", que "sea fuerte"... todo éso, sin ánimos de ofender a nadie de los que me lo ha dicho (porque me lo han dicho con buena intención y porque me quieren y se preocupan por mí) no me vale de mucho. Seguro que a vosotros, al haber pasado algo similar a esto, tampoco os sirvió de mucho en el momento. Por supuesto, luego aprecias todo ese apoyo, y ves que hay gente que se preocupa por ti... pero en este preciso instante sólo quieres que pare. Que pare. Que pare.

Ahora mismo, lo que siento en mi interior y que duele tanto no me hace ver éso con claridad. Y no lo hará hasta que pare de doler. Y el caso es que no sé cómo hacerlo parar del todo; intento detener todo pensamiento, pero éstos rompen las barreras que les pongo y me acosan, como fantasmas.Y entonces yo me digo a mí misma éso que Jota canta en esta canción; "santos que yo te pinté, demonios se tienen que volver". Me lo repito hasta creérmelo. Hasta que me sereno, me calmo, y acabo de escribir esto con lágrimas secas en las mejillas. Porque por fin he parado de llorar, mientras escribía esto para vosotros.

Os voy a confesar una cosa: por una vez me gustaría no ser la última a la que escogen en el patio del recreo para jugar. La última de la lista. La que no sacan a bailar. Qué demonios, tú me sacaste a bailar, pero no sabes llevar mi ritmo, y yo me amoldé al tuyo; pero no te gusta o no sé...

Pero bueno. Es cuestión de comenzar todo otra vez. Sólo me falta recuperar mi ritmo.
  • Love
  • Save
    Add a blog to Bloglovin’
    Enter the full blog address (e.g. https://www.fashionsquad.com)
    We're working on your request. This will take just a minute...