Araiz Arriola

Crónica del Maratón de Chicago 2014

Este domingo pensé: voy a correr un maratón y mi cuerpo hizo el resto.

¿Mi día favorito del año? El de mi maratón de otoño, donde los meses de entrenamiento y disciplina alimenticia se convierten en récords personales!!! Ahora fue distinto, una lesión me cambió la jugada y por órdenes médicas estuve los tres meses previos a Chicago ¡sin correr un solo paso! Ni distancias, ni pista, ni un trotecito, ¡nada! ¿Cómo iba a conseguirlo así? Estaba triste, desesperada y desmoralizada, pero investigué y me puse a nadar, hacer spinning, elíptica, caminar al menos 10km diarios y trabajar fuerza en el gimnasio varias veces por semana. Me alimenté y descansé bien y perdí unos kilos de grasa. Con todo y todo, me subí al avió rumbo a lo desconocido, sabía que mi rodilla ya estaba autorizada por el médico para correr el maratón, pero el resto de mi cuerpo, aunque fuerte, no se había preparado de la misma forma en la que lo preparé para mis últimos 12 maratones, no tenía idea de qué sucedería.

Llegué un miércoles por la noche, después de una fila larguita en migración por fin subí al metro (donde conocí a una familia yucateca que me cayó increíble) y llegué a mi hostal, me registré y salí a buscar lo que fuera de comer, moría de hambre.

Al otro día comenzó la aventura, mi hermana llegaría hasta el sábado en la noche, así que me salí a caminar por la ciudad, hice un amigo para comer una hamburguesa y terminé caminando de noche frente al río, admirando la belleza de la ciudad. Al otro día llegó Pablo, un amigo de Xalapa, y seguimos paseando, fuimos juntos a la expo el viernes, donde nos pasamos ¡seis horas de stand en stand!

Ahí me pusieron (gratis!) cinta kinésica en la rodilla, por cualquier cosa. Y terminamos cenando en Eataly una pizza que debe ser la mejor que he comido en mi vida.
Cuando esperábamos para la cena volteo y veo ¡a Deena Kastor! La mejor maratonista de Estados Unidos frente a mí y yo sin saber qué hacer. Entonces Pablo me obligó poquito jaja y me le acerqué a hablarle, decirle lo fan que soy suya y le pedí esta foto, se portó lindísima.
El sábado ya la ciudad estaba invadida de corredores, salimos temprano a correr con Deena Kastor en un trote organizado por la Runner’s World gringa y pude ir a su lado, me platicó que antes de una carrera desayuna dos huevos hervidos y pan, que durante el maratón toma bebidas con electrolitos hasta el 30, donde se toma dos geles diluídos en agua y que al final se enfoca mucho en consumir proteínas y carbohidratos. Ahí andaban también mi amiga Vero y su novio José Manuel, motivadísimo pues estaba buscando calificar a Boston.

Momento MUY surreal

Nos fuimos a desayunar a Bongo Room, un lugar en Wicker Park que tiene uno de los mejores desayunos de la ciudad. Esta vez no fue cena sino desayuno de carbohidratos ¡estuvo delicioso! Seguimos paseando un poco más y a las 10 estaba ya en mi hostal alistando todo para el día siguiente, me bañé y me vestí con la ropa con la que correría, como acostumbro y me acosté a dormir emocionada y feliz.

El domingo a las 5 ya estaba despierta e hinchada jaja, me arreglé, desayuné una barra Cliff sabor brownie, un plátano y media taza de café y estuve tomando agua con NUUN (todos los días anteriores también). Entonces llegó Maite, mi hermana, justo a tiempo para desearme éxito, la abracé y me metí a mi corral.

Este año por primera vez salí en el primer bloque, el de las 7:30am, entre los veloces. Sonó el disparo y ahí vamos miles y miles de tenis a golpear el pavimento. La adrenalina a tope, el cielo azul intenso, ni una nube, el sol a todo y pensé: es un día perfecto, no te duele nada, eres bendecida de estar aquí, ¡ahora disfruta la fiesta! Y así lo hice, los primeros kilómetros pasaron fáciles, entre la gente, la euforia, los gritos, porras, carteles, yo sonreía y disfrutaba. A diferencia del año anterior, esta vez me di chance de ver a las personas en la calle, disfrutar la música, me enfoqué un poco menos en los resultados y más en vivir a tope el evento. Pensaba mucho en las notificaciones que se publicarían en mi FB y TW en el kilómetro 10, lo pisé a los 48:15. No llevaba audífonos para escuchar a la gente, pero tuve ganas de música, así que comencé a cantar en mi mente: I’m walking on sunshiiiineeeeee wohoooooooo <3 y así seguí, cantando todo el camino puras canciones que me hacen feliz.

Pasando por el km 15 pensé: ya llevas más de la tercera parte y vas entera. Esperaba que algún dolor apareciera por alguna razón, pero NO SUCEDÍA, comencé a tomar más confianza y simplemente DISFRUTAR. Desde los primeros 10 minutos comí gomitas Gatorade, como los años anteriores, una cada 10 minutos a lo largo de toda la carrera y alternaba beber agua y Gatorade en los abastecimientos.

El 21 ya venía y pensé, a partir de ahí, ya todo es bajadita y afloje, llega al 21 fuerte ¡y listo! Y lo hice, crucé la media en 1:43:55 ¡solo un minuto por arriba de mi RP en 21K! Y sintiéndome genial. Decidí poner mi energía en llegar al 25, pero adelante de ese punto comencé a sentir que me esforzaba lo mismo pero mi ritmo por kilómetro se alentaba.
En ese momento pude decidir presionarme y llegar al truene, pero no quise, decidí apretar el paso lo más posible dentro de mis límites cómodos y me fui poniendo pequeños topes: No puedes subir de 5:20 por kilómetro funcionó los primeros 10, pero después, cuando la lentitud me iba dando más y más, decidí verme buena onda y subirlo a 5:40, total, pensé, mientras no llegues a 6:00 min/km ¡estamos del otro lado!
En esa segunda mitad tuve un par de momentos emocionalmente muy fuertes y bonitos: El sol estaba intenso y yo ya sentía el golpecito de la deshidratación, cuando mi mente estaba a punto de decir “estoy cansada”, pensé en mi abuela: Ella está en una cama, no puede levantarse, pensé en todos mis abuelos, mis papás, mis bisabuelos, todas las personas que tuvieron que trabajar duro y entregar el alma para que yo estuviera ahí en ese momento disfrutando de la vida. No podía ponerles un pretexto idiota de “me cansé,” los llevaba a todos ellos en mis piernas y mi corazón y tenía que honrar su trabajo con una carrera a tope. Me puse a llorar bien fuerte pero fue de lo más liberador y feliz, seguí adelante con la mente enfocada en hacer algo que pusiera orgullosa a mi familia e hiciera que todo su trabajo valiera la pena. Un poco más adelante, en el barrio mexicano, me esperaba Maite, mi hermana, apenas la vi la abracé y me recargué de energía :). Adelante vi un cartel que decía “Corre como si el chupacabras viniera detrás” y reí mucho.

Poco a poco el ritmo se fue elevando y yo lo manejé lo mejor posible, comencé a ver más a la gente, gritar con ellos, y disfrutar los últimos kilómetros que me quedaban de maratón. Subimos un puente y comenzamos la bajada hacia el centro, a la meta, apreté el paso y finalmente vi a lo lejos la vuelta de meta, luego entré a la subidita esa perrucha, di todo lo que traía y cerré cruzando la meta con los brazos arriba, saltando, muy feliz.

Este fue un maratón especial, descubrí cómo puedo trabajar con mi cuerpo para conseguir un objetivo a pesar de que una lesión grave aparezca en mi camino, cuidé mi salud y fui capaz de completar mi carrera entera y feliz de principio a fin. Conseguí un buen médico y lo obedecí y muy pronto estaré lista para entrenar bien en serio y hacer el mejor tiempo posible en abril en Boston.

AMÉ encontrar tanta gente allá, de todo el país y de todo el mundo, que leen el blog o son mis amigos en redes sociales, fue increíble verlos en persona, platicar, bromear. Nos vemos en el próximo!!!

QUÉ USÉ PARA CORRER

Mi GARMIN FORERUNNER 620, es el segundo maratón que corremos juntos y lo amo tanto, jamás falló y me acompañó de principio a fin :) AQUÍ pueden ver las gráficas fregonas de toooodo lo que analizó de mi carrera.

En cuanto a mi playera, ¿apoco no es lo máximo? Me la hicieron los súper talentosos Carlos y Sofía de Ampersand, les dije mi idea y la pusieron HERMOSA, si quieren algo similar, búsquenlos. Corrí con las mallas de compresión extrema de CWX, pueden conseguirlas en Innovasport ¿y los tenis? Me decidí por los adidas Boston Boost ¡y fueron una belleza! Me llevaron de principio a fin sin una sola molestia, los recomiendo al cien como la combinación perfecta entre ligereza y amortiguación :).

Me compré unas calcetas de compresión de Compressport y las amé, cero molestias y no permitieron que mis pies se hincharan con el calor y los kilómetros. Y la bandita que llevaba en el cabello es de Sparkly Soul y ¡la adoro! Hace mucho sigo a la niña que las hace por Instagram y tuvo su stand en la expo, es irreal que no se mueve de su lugar durante todo el maratón, pero no presiona la cabeza, ni te acuerdas de ella, no deja que te despeines ¡y tiene brillitos! Jaja hay de muchísimos colores, véanlas.

Todos los días previos y posteriores caminé muchísimo, por más que intenté gobernarme, mi Vivofit dice que (sin contar el maratón) caminé más de 100 kilómetros :O pero bien valió la pena, amo Chicago :) <3

¿ENTRENAR UN MARATÓN SIN CORRER?

Del entrenamiento alternativo aprendí mucho: intentar reproducir los entrenamientos cardiovasculares con natación, spinning y elíptica me permitió resistir un paso de 4:38 sin problema en la primera mitad. La fuerza que entrené con pesas para todo el cuerpo cuatro a cinco días por semana me ayudó a tener brazos y torso fuerte para impulsarme a través de los 42K sin fatiga y mantuve con algunos ejercicio la fuerza en las piernas. Un 3:43 estuvo bastante bien. No estoy segura de por qué me troné al final, porque no me sentía mal ni con dolor, simplemente sentí como mi paso aumentaba y no me resistí, tal vez fue:

1. Porque no quería llegar matántome, quería disfrutarlo y me di permiso

2. Probablemente fue por el sol intenso que después del 21K ya me tenía deshidratada

3. O tal vez porque arranqué demasiado rápido y no controlé mi paso por el miedo a no terminar o a lo que pudiera pasar, quería simplemente abarcar cuanto pudiera antes de que me doliera algo.

En fin que si me hubieras dicho hace dos años (cuando soñaba con romper las 4 horas) que lograría esto, no me lo hubiera creído.

Entendí que alguna parte de los entrenamientos los podemos sustituir por cross training si una lesión lo pide y podemos hacer un tiempo decente, pero (y sobre todo si te interesa romper marcas) definitivamente lo ideal para entrenar un maratón ¡es correr! Y hay que entender que llevo 12 maratones en 7 años, no creo que algo como esto sea recomendable para quien va a hacer su primer maratón o para quien tiene sobrepeso, etc. Cada persona es distinta NO ESTOY RECOMENDANDO CORRER UN MARATÓN SIN ENTRENAR pero comparto mi experiencia con la intención de que les sea de alguna forma útil.

Encontré una definición de memoria muscular que me encantó: Es una capacidad que tiene el cuerpo en ayuda con la mente de aprender movimientos. Es decir el cerebro tiene una pequeña habilidad junto con el sistema nervioso de general hábitos musculares que ayudan al cuerpo a no estar pensando cada movimiento que hacemos. Los gimnastas al hacer un mortal al frente no piensan el movimiento paso a paso. Ellos simplemente saben que quieren dar un mortal y su cuerpo hace el resto.

Y así pasó conmigo, simplemente pensé: voy a correr un maratón y mi cuerpo hizo el resto.

Muchas gracias a Garmin principalmente por creer en mí a pesar de la lesión y apoyarme al cien por ciento siempre. A Gatorade por apoyarme a conseguir el número para esta carrera y por esas gomitas que me salvan la vida. También a adidas, Atlesia, Ampersand Design e Innovasport, son lo máximo y pronto les devolveré un RP ;)

¡Felices kilómetros!


Tagged: chicago, corredora, correr, maratón, maratón de chicago, runchi, running
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