Tarta de fresa y queso



Tarta de fresa y queso. No os podéis imaginar las ganas que tenía de volver a publicar. Con esta tarta de fresa y queso, bien fácil y muy rápida de preparar, estreno la semana. Se trata de una tarta muy ligera, sin horno e ideal para la época de verano que se va acercando.
Esta tarta la preparé pensando en aprovechar alguna fruta de temporada. Pasé por el supermercado, vi unas fresas en oferta y, como me encanta el queso y no tenía ganas de de encender el horno, preparé una base de galletas y la completé con queso crema, mascarpone y nata.

Como podéis observar, los ingredientes son muy fáciles de conseguir y el tiempo de preparación es mínimo, garantizado.




No hay mucho que añadir antes de proceder a la preparación de la receta. Quizás sólo puntualizar lo siguiente:
  • A mí me gustan las cosas dulces. A muchas personas les gusta lo dulce pero en su justa medida. Os lo digo porque quizás sea recomendable que comprobéis y rectifiquéis (si procede) el azúcar que se indica en la receta, para adaptarlo más a vuestras necesidades. No obstante, siendo consciente de mi desmedida pasión por el azúcar, últimamente intento no excederme con la cantidad que utilizo en las recetas... Tenedlo presente.

  • Las fresas que se utilizan para la cobertura están pasadas por la trituradora. En mi caso preferí mantener las pequeñas pepitas de las fresas. Podéis hacer lo mismo, o pasar el puré de fresas por un colador.

Y eso es todo!!! A la cocina!!
Ingredientes de la tarta de fresas y queso:

Base de galletas:
  • 100 -150 gr. de galletas digestivas.
  • 50 - 75 gr. de mantequilla derretida. (Yo puse 100 de galletas y 50 de mantequilla).
Crema de queso:
  • 250 gr. de queso crema (queso de untar, tipo philadelphia).
  • 250 gr. de queso mascarpone.
  • 250 gr. de nata para montar.
  • 1 sobre de gelatina neutra (10 gr. para la crema de queso).
  • 40 gr. de azúcar glass.
  • 90 gr. de azúcar blanca.
Cobertura de fresa:
  • 100 gr. de fresas (o más, si os gustan mucho)
  • un par de cucharadas de agua
  • Una cucharada de azúcar.
  • Medio sobre de gelatina neutra (5 gr.) para la cobertura de fresas.
Además:
  • Molde de 18 cm. de diámetro, como mínimo.
  • Papel de hornear


Cómo hacer la tarta de fresas y queso:

Muy fácil. En primer lugar preparamos la base de galletas. Para ello, trituramos las galletas y derretimos la mantequilla (en el microondas o en un cazo). Con una espátula mezclamos ambos ingredientes homogéneamente.
Forramos el molde con papel de hornear y engrasamos. El molde que yo suelo utilizar es desmontable. Esto me permite forrar con papel de hornear sólo la base. Luego con mantequilla, engraso la base y las paredes.
Repartimos homogéneamente la mezcla de galletas sobre la base del molde (sobre el papel de hornear) y metemos en la nevera durante, al menos, una hora.
Mientras tanto, comenzamos a preparar la crema de queso de nuestra tarta. En primer lugar, montamos la nata junto con el azúcar glass. Para ello, comenzamos a batir la nata a media velocidad y cuando ésta haya subido, añadimos el azúcar glass y seguimos batiendo a máxima velocidad. Reservamos.
En un recipiente aparte, mezclamos el queso crema con 50 gramos de azúcar blanca. Batimos hasta que todo esté bien integrado.
Con una espátula, mezclamos el queso crema con la nata montada. Lo hacemos con movimientos envolventes, hasta que todo esté bien integrado.
En otro recipiente, mezclamos el queso mascarpone con 40 gr. de azúcar blanca. Batimos hasta que todo esté bien integrado. Mezclamos el queso mascarpone con la nata y el queso crema.
En un cazo ponemos varias cucharadas (10 por lo menos) de la mezcla de queso y nata. Añadimos el sobre de gelatina neutra y ponemos la mezcla a fuego medio, batiendo con firmeza para que la gelatina se reparta y no se pegue. Una vez disuelta, continuamos batiendo hasta que dé el primer hervor. En este momento, retiramos la mezcla del fuego y vertemos sobre el resto de la crema de queso y nata. Con una espátula nos aseguramos de mezclarlo todo muy bien.
Sacamos la base de la tarta de la nevera y ponemos dentro toda la mezcla de queso y nata. Introducimos de nuevo en la nevera y dejamos enfriar durante 3 horas, por lo menos (hasta que se haya gelatinizado).
Ahora nos ponemos con la cobertura de fresas. En primer lugar, trituramos las fresas y reservamos.
En un cazo ponemos las dos cucharadas de agua y la cucharada de azúcar. A fuego lento removemos todo hasta que el azúcar se haya disuelto. A continuación añadimos las fresas trituradas y el medio sobre (5 gr.) de gelatina neutra. Subimos a fuego medio y batimos con fuerza hasta que todo esté correctamente mezclado y la gelatina se haya disuelto. Seguimos batiendo y cuando nos dé el primer hervor, retiramos del fuego y vertemos encima de la crema de queso, que habremos sacado de la nevera.
Por supuesto, la cobertura de fresas la prepararemos al final, cuando la crema de queso que estaba en la nevera dentro del molde, haya cuajado.
Dejad de nuevo en la nevera hasta que la cobertura de fresas tome consistencia y cuaje.
Y eso es todo. Tengo que reconocer que normalmente suelo hacer las tartas pensando en regalárselas a alguien por algún evento especial, pero en este caso, esta tarta de fresa y queso me la regalé a mí mismo... Tuve postre por varios días y me resultó bastante ligera. En definitiva, un estilo de receta que pienso repetir.
Espero que os atreváis con esta tarta y, sobre todo, que os guste tanto como a mí.
Buen provecho!!

Hasta pronto!!!









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