Me requeteencantan las flores o florones de Semana Santa porque adoro los dulces tradicionales y si son fritos mucho más. No es que me guste la grasaza gratuitamente, pero encuentro que es una tradición la de los fritos de sartén que se está abandonando bastante y sin justificación alguna. Hala, que hoy me he levantado reivindicativa.
Estas flores de Semana Santa, que también son típicas por Carnaval en muchas regiones, no tienen por qué resultar grasientas ni pesadas, ni mucho menos. El intríngulis está en darle la gordura adecuada a la masa cruda, en freírlas en un buen aceite, suave y limpio, y en escurrirlas bien al sacarlas. Si se observan estas pocas pautas salen finísimas y deliciosas.
Luego los golosos y triperos podéis bañarlas en toda la miel o el azúcar que queráis, pero eso ya lo dejo a vuestro libre albedrío. Que luego me echáis la culpa de que engordáis. Por cierto, ya sabéis que para hacer las flores de Semana Santa hace falta un molde metálico especial en forma de flor. Más bonico es él…
Receta de flores de Semana Santa
Ingredientes para unas 30 flores:
- 6 huevos (unos 320-330 g) *
- 160 g de agua
- 30 g de anís dulce
- 210-220 g de harina de repostería
- 1/2 cda. de anís en grano
- Aceite suave para freír (de oliva o de girasol)
- Azúcar adicional o miel para acompañar
* Nota: Os aconsejo que peséis los huevos y si el peso es muy distinto del indicado, aumentéis o disminuyáis el resto de los ingredientes en la misma proporción.
Elaboración:
- Cascamos los huevos en un bol y mezclamos con el agua y el anís dulce. Agregamos la harina de repostería y los anises majados en un mortero previamente. Batimos bien con unas varillas, hasta que no queden grumos. Dejamos reposar la masa media hora para que se hidrate la harina.
Hay que tener en cuenta que la masa no lleva azúcar y aunque a mí me gusta tal cual es aconsejable añadirles algo dulce al final. Sé de sitios en los que incluso les rellenan los huequillos de crema pastelera. Estas flores o florones de Semana Santa son muy peligrosas porque se comen sin sentir. Y ya sabéis lo que pasa en estos casos, ¿no? Que te comes 10 de una sentada.