El mejor momento para usar fresas frescas en repostería es ahora. Así que hoy nos liamos la manta en la cabeza y el mandil a la cintura, y nos dispondremos a preparar una tarta de fresas y nata: todo un clásico de la pastelería que estamos seguros que habréis hecho más de una vez en casa, o al menos la habréis probado.
Este tipo de tarta es muy común en las reposterías de prácticamente todo mundo y su origen no está muy claro. La repostería vienesa, la suiza y la inglesa cuentan con tartas de este tipo, y los americanos cuentan entre sus filas con la famosa strawberry shortcake aunque esta pequeña versión del Nuevo Mundo se hace sobre todo con una especie concreta de galleta (biscuit americano).
Nosotros haremos este pastel con un bizcocho de huevos montados con azúcar hasta alcanzar el punto de cinta, lo rellenaremos de fresas maceradas en azúcar y licor, y lo cubriremos con chantilly y fresas frescas. Después, lo mejor es que la dejemos reposar para que el bizcocho se empape de los jugos de las fresas y de la nata.
Tarta de fresas y natas
Ingredientes:
Para el bizcocho:
- 40 g de mantequilla
- ½ cucharadita de extracto de vainilla
- 120 g de harina tamizada
- 3 huevos
- 120 g de azúcar
- Una pizca de sal
Para el relleno:
- 250 g de fresas frescas
- 3 cucharadas de azúcar
- Un chorrito de zumo de limón
- Una o dos cucharadas de Kirsch (opcional)
- 375 g de nata
- Una pizca de sal
- 50 g de azúcar
- Una cucharadita de gelatina en polvo (3 g)
Para la cobertura y la decoración:
- 375 g de nata para montar
- Una pizca de sal
- 50 g de azúcar
- Una cucharadita de gelatina en polvo (3 g)
- 3 o 4 fresas frescas enteras con sus hojas para decorar
Elaboración:
Para el bizcocho:
- Calentamos el horno a 170º C. y preparamos un molde con el fondo cubierto de papel de horno y los bordes untados con mantequilla y harina.
- Fundimos la mantequilla y le añadimos el extracto de vainilla. Reservamos caliente.
Para las fresas maceradas y el chantilly con gelatina:
Para montar la tarta:
Servimos nuestra tarta de fresas y nata cuando aún esté fría acompañada de una buena taza de café, té o la bebida que más nos apetezca. Sí, es un clásico de la pastelería, pero sigue estando tan bueno y siendo tan actual como el más innovador.
Algunos consejos útiles: