El futuro de la moda norteamericana en manos del “chat room”

“For Abie, my parents, and The Chat Room” Así reza la dedicatoria del primer libro de Leandra Medine (Man Repeller). Un agradecimiento a su marido, sus padres y a ese pequeño grupo de amigas que cada equis tiempo se reúnen en el Jack’s Wife Freda del Soho (o donde haga falta) para arreglar el mundo. Lo mejor de cada casa si entendemos por casa todos los sectores de la moda norteamericana. Ellas son: Rachel Strugatz, Emily Weiss, Claire Distenfeld, Rosie Assoulin y la propia Leandra.

Rachel Strugatz (campo: periodismo) Es una de las que más tiempo lleva trabajando en la industria – con permiso de Emily Weiss -. Ella es “la amiga” de la que habla Leandra cuando cuenta la historia de cómo se le ocurrió el nombre de su blog. Que Man Repeller se hiciese tan famoso de la noche a la mañana no fue cosa del azar, la publicidad gratuita que le hicieron en sus inicios Strugartz y sus amigos de Refinery 29 tiene mucho que ver con el éxito de la web.

Emily Weiss (campo: belleza) se dejó ver por primera vez en “The Hills” compartiendo focos en las oficinas de Teen Vogue en Los Ángeles junto a Whitney Port y Lauren Conrad. “The Super Intern” (que así es como le llamaban sus compañeras) es una de las gurús de la belleza al otro lado del charco gracias a su web, Into the Gloss, en el que fashion insiders y celebrities cuentan sus trucos de belleza y los productos que utilizan. Antes de aventurarse en el mundo blog, Weiss trabajó, además de en Teen Vogue, en W Magazine y como asistente de Elissa Santis en Vogue.

Claire Distenfeld (campo: ventas) abrió con 24 años gracias a la aportación económica de su padre Fred Distenfeld su propia tienda, Fivestory, una de las boutiques más exclusivas del Upper East Side que nació con vocación de ser la Colette o 10 ­Corso Como de la gran manzana. Sus contactos hicieron que a pesar de su nula experiencia, firmas como Balmain, Gucci, Chloé, Prada se decidiesen a vender sus productos en su tienda. El New York Times le llamó “la Lena Dunham del retail de lujo”.

A Rosie Assoulin (campo: diseño) ya os la presenté hace algún tiempo. Es la niña bonita de la moda norteamericana o al menos una de ellas. Lanzó su primera colección en junio de 2013 y aunque lleva menos de dos años en el circuito, su presentación es de las más esperadas por las fashion insiders de la Semana de la Moda de Nueva York. Assoulin fue una de las nominadas a mejor diseñador emergente los pasados CFDA y sus diseños ya se han paseado por grandes alfombras rojas como las de los Emmys o los Globos de Oro.

Este es el núcleo duro de un grupo al que ocasionalmente se unen otros nombres como el de Audrey Gelman, Danielle Prescod o Hannah Bronfman.

Sin quitarle mérito al talento y al espíritu emprendedor que poseen todas (fácil es llegar, lo difícil es mantenerse) el éxito del chat room reside en que sí, todas trabajan en moda, pero cada una de ellas lo hace en un campo diferente, haciendo que desaparezca cualquier posibilidad de lucha de poder y permitiendo así un apoyo incondicional.

Y es que no son solo amigas, son un grupo muy bien organizado de promoción. Distenfeld vende la ropa de Assoulin en su tienda mientras Leandra la pasea por los eventos a los que va. Y si a esta última le preguntan en alguna entrevista direcciones de Nueva York, nunca falta Fivestory. Además, el dúo Weiss-Medine es uno de los más fuertes en social media y su amistad permite que la promoción que se hacen la una a la otra sea de lo más natual. ¿Y qué pasa con Strugatz? Las recoge a todas bajo el paraguas de WWD. Casi nada.

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