Me estoy dando cuenta de que, últimamente, muchos de mis DIYs están relacionados con los acabados metálicos y plateados. Y no es que tenga una obsesión, supongo se deberá a la casualidad de haber encontrado materiales concretos, como
lentejuelas o
piel, que me han enamorado a primera vista.
Hoy os propongo una
idea DIY para revisar
uno de los primeros proyectos que hice para este blog. A simple vista puede parecer muy fácil, pero no solo consiste en comprar pintura plateada y ponerse a pintar. Si lo habéis probado sabréis que, por muy bonita y brillante que se vea la pintura en el bote, al aplicarla sobre una prenda se absorbe instantáneamente. Y cuando seca, obtenemos un color grisáceo, mate y sin ninguna gracia.
Según mi experiencia, lo que mejor resultado da es
aplicar una capa de pintura acrílica y después aplicar esmalte sintético metalizado (de venta en ferreterías). De esta manera creamos una base de acrílico que hace que la pintura que pongamos encima quede con un bonito efecto brillante. Otra opción que podría funcionar (aunque no la he probado y no puedo garantizar nada) es el spray de acabado metálico. En cuanto al diseño, para este tipo de DIYs,
yo soy más partidaria de los brochazos aleatorios que de los acabados uniformes. ¡Pero cada cual es libre!
¿Alguna vez habéis probado a hacer algo similar? ¿Cuál ha sido el resultado?
¡Un besazo y feliz martes!
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