Pajares o Payares, como se dice en asturiano, es un pequeño y montañoso pueblo, limítrofe con León, en el que actualmente viven 138 habitantes. Su nombre provine del valle donde se encuentra ubicado, del río que discurre por él y del más que conocido Puerto de Pajares, que durante siglos fue la principal vía de comunicación entre Asturias y el resto de España.
Los suspiros de Pajares o Payares, se realizan siguiendo una antigua receta, calórica a más no poder, apta para soportar las bajas temperaturas de la montaña y las que llevamos sufriendo en las últimas semanas. Su sabor os transportará a vuestra niñez, a aquellas galletas que nos hacían las abuelas y que hace mucho, mucho tiempo que no probáis.
Una vez leí que el origen del nombre de estas pastas de manteca, los suspiros, hacía referencia a las largas horas en las que las mujeres del campo esperaban a que sus maridos volvieran de sus maratonianas jornadas de labranza. Los suspiros volaban por la atmósfera de aquellas casas antiguas y frías, mientras que la cocina olía a estas galletas hechas con todo el amor ¿Podrá haber mejor receta para San Valentin?
Esta, y todas las recetas del blog, se las dedico a mi bloguero consorte, no por ser un día especial, sino por todos los días especiales que disfruto contigo.
A por la receta!
Suspiros de pajares o Payares
Ingredientes
- 300 g de mantequilla clarificada (500 g de mantequilla normal)
- 200 g de azúcar blanco azúcar para espolvorear
- 600 g de harina de trigo, aproximadamente
- 1 huevo
- 1 pizca de sal
Preparación
- Clarificamos 500 g de mantequilla que nos quedarán en unos 300 g y dejamos que se temple a temperatura ambiente.
- Mezclamos la mantequilla con el azúcar y la pizca de sal, hasta hacer una masa compacta.
- Añadimos el huevo y revolvemos bien todo.
- Poco a poco vamos añadiendo la harina hasta que se haga una masa blanda, pero no pegajosa, con textura parecida a la plastilina.
- Ponemos un papel film o vegetal sobre una superficie lisa, extendemos la mitad de la masa y por encima colocamos otro papel film o vegetal. Con un rollo de cocina estiramos hasta hacer un lámina de 0.5 cm de grosor. Reservamos en la nevera durante 10 minutos.
- Quitamos un papel y cortamos las galletas con cortadores o incluso con un vaso. Horneamos a 180ºC hasta que cojan color tostado.
- Una vez tostadas, sacamos del horno y las colocamos con mucho cuidado sobre una rejilla. Espolvoreamos con abundante azúcar y dejamos enfriar.
Trucos
- Tened en cuenta que para obtener 300 g de mantequilla clarificada, necesitamos 500 g de mantequilla normal.
- Cuanta más calidad tenga la mantequilla, más sabrosas os quedarán las galletas.
- Quitad el exceso de azúcar una vez que enfrien, se quedará una capa pegada a las galletas.
- Mucho cuidado al sacarlas del horno, hasta que enfrian son frágiles y se rompen con facilidad.