La calle Ponzano, en Madrid, no cesa de acoger nuevas propuestas gastronómicas de calidad, y Muta, en el número 10, es una clara muestra de ello. Un local con encanto al que peregrinar asiduamente por sus exquisiteces y por su espacio camaleónico y efímero, que se transforma periódicamente para albergar las cocinas de diferentes países y chefs. Su máxima es aportar nuevos sabores e ideas en un mismo lugar, como si se tratase de un viaje sin moverse del sitio gracias a su sencilla e innovadora fórmula: una cocina, tres barras y varias mesas almacenadas en cajas, capaces de cambiar el aspecto de este restaurante en función de las nuevas propuestas culinarias, según el diseño de Martí Guixé.
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