BATIBURRILLO DOMINGUERO: EMBARAZO

Madredemialma nunca ha sido un blog de maternidad. No surgió con esa vocación, aunque a menudo su nombre ha dado lugar a confusiones.

El nombre del blog responde a una expresión muy nuestra. De sorpresa y admiración. Porque cuando algo me gusta mucho se me escapa un -madredemialma, qué bonito es ésto. Y quería que este blog despertase ese tipo de exclamaciones.

Después de ver esta foto, a lo mejor habéis pensado como yo: -madredemialma, menudo barrigón!

Y es que estoy embarazada. De 38 semanas ya.

Mi pequeña está ya a punto de caramelo, lista para salir y dar guerra. Y yo preparada, deseando tenerla aquí para poder achucharla, besarla y quererla con todas mis fuerzas.

Madredemialma de alguna forma cierra el círculo. Ahora voy a ser yo la madre-del-alma de alguien y no puedo estar más contenta.

El embarazo ha coincidido con una intensa época de cambios en mi vida que me han tenido más atareada de lo normal.

Y me temo que mi querido blog es el que más se ha resentido de estos cambios, ya que lo he tenido abandonado durante meses.

Mi pequeña-gran empresa ha crecido. Esto de ser emprendedora suena muy bien, pero ay, qué duro es! No os preocupéis que no os voy a aburrir con lamentaciones ni busco compasión. Yo me lo he buscado.

Y he de decir que, a pesar de todo (la gran responsabilidad, el vértigo, la inversión de dinero, las interminables horas delante del ordenador…) estoy feliz.

Lo que empezó siendo una idea loca, hoy es una empresa estable (by the moment) y he conseguido esa meta que parecía inalcanzable: el autoempleo. Ahora sólo falta conseguir acotar los tiempos de trabajo y hacer que mi nómina vaya siendo más digna poco a poco ;)

Una consecuencia de trabajar en casa es que el espacio te consume. Cuando vives en un piso pequeño y tu salón es desapacho taller comedor lugar-para-el-relax…hay que tener la cabeza muy bien amueblada para no volverte loca. Y no es mi caso. Lo de la cabeza bien amueblada, digo.

A la necesidad del espacio para trabajar se ha sumado la inminente llegada de nuestro retoño. Así que RR y yo nos pusimos las pilas para acelerar por fin el proyecto que teníamos en mente desde hacía años: cambiar de casa.

Hace un par de meses que por fin nos hemos mudado. A una casa enorme. Mudanza express con barriga de 7 meses y muuuucho trabajo acumulado.

No voy a entrar en pormenores, sólo os diré que ha sido agotador. Pero muy gratificante. La casa es genial, amplia, luminosa y con jardín. Estoy encantada, aunque aún queda muchísmo por hacer. Os iré contando nuestros avances.

Después de todo, los cambios han sido para mejor. Para mucho mejor. Ya sólo nos falta tener aquí a la peque y seguir creciendo como familia. ¡Qué ganas tengo de ver su carita!

Para desconectar un poco y tomarme unos días de vacaciones pre-maternidad y post-mudanza nos hemos venido a mi pueblo. En plena costa de la Axarquía malagueña. Rodeada de familia, en el mejor clima de Europa. Ahora escribo sentada en el salón de mi casa azul, mirando el mar desde mi ventana.

Ahora estoy tranquila y ya tengo vacaciones de trabajo, mudanza y casa…dejándome mimar por mi familia y cogiendo fuerzas para cuando llegue Gala.

Quería compartirlo con vosotros. Cuando comencé este blog estaba soltera, vivía sola y trabajaba por cuenta ajena. Siento que me habéis acompañado en este proceso. Ahora estoy casada, tengo mi propia empresa, vivo en una preciosa casa con jardín, y estoy a punto de ser mamá. No se puede pedir más. Bueno si, que dure y que me sigáis acompañando en esta nueva aventura! ;)

Feliz domingo.

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