París es una ciudad que me llena de energía.
Quizá porque a mi me parece la ciudad más bonita del mundo y tras residir allí unos cuantos años me suelo sentir como en casa, con esos planes y dinámicas que parecen los mismos de siempre, desayunar croissants, tomar un vino por Le Marais, pasear por Tuileries..., pero en realidad cambian a cada viaje.
En mi última visita, que por cierto nos hizo un tiempo sensacional, este fue el look que escogí para recorrer sus calles.